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Un estudio reciente revela que novedosos tratamientos psiquiátricos que usan la ketamina como base demostraron un altísimo porcentaje de éxito en curar los trastornos depresivos, los cuales hasta recientemente se consideraban incurables.

La sustancia es un poderoso anestésico, pero tiene otras virtudes. El estudio, llevado a cabo por psiquiatras de diferentes universidades mundiales en colaboración, demostró que la ketamina aumenta la habilidad de las neuronas de asociarse con la serotonina, el transmisor que produce sensaciones positivas. Esto ocurre en las zonas del cerebro que regulan motivación, y así puede influir positivamente en un paciente deprimido. El 40 por ciento de las personas deprimidas no responden a drogas como los inhibidores de serotonina, o los inhibidores de oxidasa de monoamina, así como tampoco a los antidepresivos tricíclicos. Aquellos que sí responden a estas sustancias tardan semanas o incluso meses en sentir el efecto positivo.

La ketamina, por otra parte, comienza a hacer efecto en dos horas, lo cual es fundamental para detener impulsos suicidas. El psiquiatra James Murrough, del Hospital Mount Sinai, en Nueva York, opina que este descubrimiento “reabrió espectacularmente las puertas de aquello que creíamos que sabíamos sobre la depresión y su tratamiento”.

“La veloz respuesta terapéutica a la ketamina en pacientes resistentes es el mayor descubrimiento en la investigación de la depresión en medio siglo”, agregó el colegiado. “Es como una droga mágica, una dosis puede actuar rápidamente y tener efecto desde siete a diez días después”, cuenta Ronald Duman, profesor de psiquiatría y farmacología en la Universidad de Yale. Es además uno de los autores del estudio, e impulsor del hallazgo.

El 70 por ciento de los individuos cuyo cuerpo se resiste a otras terapias respondieron a la ketamina en apenas horas. Además se reveló que la ketamina dispara la liberación del neurotransmisor llamado glutamato, que estimula el desarrollo de sinpasis. El daño de sinpasis producida por estrés crónico puede revertirse con una sola dosis de ketamina, dicen los especialistas.

A partir de este descubrimiento, el doctor Carlos Zarate, del Instituto Nacional de Salud Mental norteamericana, comenzó este año un estudio a largo plazo en pacientes suicidas. A partir de este estudio voluntario, desea comprobar realmente si la droga es la respuesta a todo lo que se buscaba. Los resultados ya son muy positivos, y con suerte y trabajo puede que la depresión deje de ser un problema tan difundido. La respuesta, parece, estaba en el lugar menos pensado.