Un informe elaborado de este diario reveló que los congresistas reciben, en promedio,100 mil dólares anuales por desempeñar la función parlamentaria y que este monto, en la mayoría de casos, supera con creces todo lo que ganaban hasta antes de asumir el cargo.

Pasar de generar, por ejemplo, 13 mil soles anuales a más de 387 mil en el mismo plazo podría ser una de las razones detrás de esta resistencia a aprobar un adelanto de elecciones. Es el amor al chancho disfrazado de convicciones en su máxima expresión, pero al final se entiende el por qué no quieran dejar el cargo ni tampoco escuchar al clamor popular, el bolsillo manda pese a que ensayen distintas excusas para justificar su accionar y, si la tienen, acallar su conciencia.

Lo que no se entiende es la vocación suicida del fujimorismo, representada en el pedido del presidente de la Comisión de Constitución, Hernando Guerra García, para tirar al traste todo lo acordado al pedir la reconsideración del adelanto ya definido para 2024.

¿Qué buscaban? ¿Acortar los plazos para no tener que enfrentar a más partidos en proceso de inscripción o de verdad hicieron suyas las protestas y querían ganarse al “pueblo? Al final perdimos todo lo pobremente avanzado y la crisis sigue sin tener una salida visible.