La estrategia de los golpistas ahora es intentar cambiar la historia y decir que Pedro Castillo fue coaccionado a leer el mensaje donde parafrasea a Alberto Fujimori e intenta quebrar el orden constitucional.

“Pobrecito, lo obligaron”, dicen sus defensores y olvidan que gozaron del poder y del cuoteo que Castillo les chorreó en los meses que estuvo en el poder y afirman incoherencias, como que el golpe no se consumó y, por lo tanto, Castillo no cometió delitos. Otros, más avezados, sostienen que el vacado no estaba en sus cabales cuando dio el nefasto mensaje a la Nación.

El golpe ocurrió, pero no se consumó porque Castillo es inepto y quienes lo acompañaron en esa aventura, también. Son unos incoherentes que deberían estar presos, empezando por todos los ministros que avalaron esa interpretación antojadiza de la denegatoria de confianza y los que estuvieron con él cuando, tembloroso, leía el documento que le costó el poder.

Ante todo esto, la presidenta Dina Boluarte tiene una gran responsabilidad y debe formar su gabinete lo más pronto posible, incluso antes de seguir en reuniones con las bancadas, pues ¿qué puede conversar con la oposición si aún no define el derrotero de su gestión?

Ya tuvimos 17 meses de incertidumbre y el país no puede esperar más.

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