Según el Instituto de Estadística e Informática (INEI), la pobreza monetaria en nuestro país supera el 30% a nivel nacional; sin embargo, en regiones como Cajamarca, Loreto, Pasco o Puno, la población en situación de pobreza monetaria, supera el 40%.

La “Declaración de Arequipa para mejorar el ambiente de negocios, atraer la inversión privada, crear puestos de trabajo y dinamizar la economía de las regiones” es la propuesta de 7 puntos presentada por 23 presidentes de las Cámaras de Comercio de todas las regiones del país y la CONFIEP esta semana en CADE; la cual busca articular a todos los sectores, con todos los esfuerzos posibles, para impulsar el desarrollo de las regiones en beneficio de todos los peruanos. Para logarlo, urge el rol de un Estado presente y diligente.

Para nadie es una novedad que nuestro país necesita inversión privada para generar puestos de trabajo y así reducir la pobreza. Ello, que parece una regla básica de la economía, es un desafío inmenso y una tarea difícil de lograr cuando el entorno en el que se desarrollan los negocios es desfavorable; toda vez que, las empresas no prosperan en entornos inciertos, inseguros y sin legalidad como se vice actualmente en el Perú. Por ello, para impulsar la inversión privada descentralizada, se requiere de instituciones públicas que funcionen y de un Estado presente en todos los rincones del país.

Por otro lado, los próximos dos años son claves para nuestro país, pues elegiremos a un nuevo gobierno; nuevas autoridades quienes serán los encargados de implementar los planes para contribuir a que cada vez más peruanos salgan de la pobreza, un motivo más que suficiente para estar unidos y sacar adelante a nuestro país. Ese es el propósito de las cámaras de comercio, en todas las regiones del Perú.