El Perú es un país entretenido a nivel político; no solo somos un país inmaduro en ese terreno, sino que cada semana la agenda política cambia con una rapidez sorprendente y donde los medios de comunicación más poderosos marcan la cancha que luego se convertirá en el tema del día.

Estas últimas semanas hemos pasado de las famosas agendas y la truculenta forma de cómo salieron de la mesa de noche de Nadine Heredia, para terminar paseándose por diversas redacciones y anclar en Panorama donde se hicieron públicas. Lo que siguió fue toda una tormenta de pasiones, cada cual más tragicómica, donde la especulación fue el pan del día y cada domingo conocíamos unas páginas más de las reveladoras agendas, para regocijo del partido de la estrella.

Y cuando pensábamos que este escándalo era el fin de la carrera política de la Primera Dama, salta a la luz pública una tremenda embarrada de una de las periodistas más conocidas en el ambiente político, la huancaína Milagros Leiva, que confesó públicamente haber sacado 30 mil dólares de sus ahorros para entregárselos al “Curaca Blanco” y conseguir una entrevista con el prófugo examigo de la pareja presidencial y obtener documentos que “harían caer” a este gobierno. Al final, ni documentos ni entrevista, pues Leiva ya había entrevistado a MBL semanas antes sin necesidad de pagar. Todo raro.

El resultado, Leiva se ha metido en un lío gratuito, se quedó sin trabajo, acusa al gobierno de su despido y podría enfrentar un proceso judicial en Bolivia, acusada de ayudar a Belaunde a fugar de la detención domiciliaria. Y todavía sin entender el lío, capturan al narco Oropeza. Las “cortinas de humo” continúan.