En estos días de ásperos enfrentamientos entre el Gobierno y la oposición se ha vuelto moneda común anunciar que la campaña presidencial de 2016 ha comenzado. Así, se afirma que el humalismo tendría en Daniel Urresti una buena carta para frenar a los García, Keiko y PPK que ya están en carrera.

Como hipótesis resulta estimulante aun cuando falta más de un año para el inicio de la contienda. Recuerdo que la última vez que oficialismo y oposición se declararon en guerra abierta con tanta anticipación, ninguno de ellos ganó la Presidencia sino que esta terminó en manos de un desconocido que definía su movimiento como el de “un chinito y cuatro cholitos”. Así, mientras Alan García y Mario Vargas Llosa se enfrascaron en una pugna sin cuartel y bien condimentada -no se habló entonces de cloacas o de silos, pero casi-, todo ese desgaste le abrió el camino a un Alberto Fujimori, cuyo único mérito era no ser “más de lo mismo”. Meses antes en Lima, con Ricardo Belmont ganando la alcaldía, se había producido una sonora campanada de alerta a la representación política, pero nadie la oyó.

Quizás algo así se esté macerando en estos meses, dado que tanto el Ejecutivo como la oposición se muestran incapaces de arribar a consensos que faciliten al país un mejor horizonte para los próximos años. Viendo las encuestas es evidente que hay un sector de peruanos a la espera de alguien distinto, ajeno al elenco estable que, precisamente esta semana, dio un pobrísimo espectáculo.

Incluso, bastó que ayer se publicara, vía Twitter, una fotografía en la que aparecen Gastón Acurio y el marketero político Luis Favre -quien fuera pieza clave en el triunfo de Humala en 2011-, reunidos hace tres días en París, para que se dispararan las expectativas de quienes ven en Acurio una alternativa a apristas y fujimoristas. Le creo a Gastón cuando asegura que no postulará en 2016 (quizás él conozca un candidato al que quiera juntar con Favre, quién sabe), pero la efervescencia desatada ayuda a medir el hartazgo. Sí, Keiko tendrá 35% de “intención de voto” según CPI y por ahí asoma PPK, pero a 14 meses de la campaña todos lucen muy, muy chamuscados. Que después no digan que no la vieron venir.