La cada vez más controvertida vacunación del vacado expresidente Martín Vizcarra ha ocasionado que Pilar Mazzetti renuncie al Ministerio de Salud.

La gestión de Mazzetti tuvo sus bemoles y se le puede criticar muchas cosas, pero que deba renunciar por hechos que escapan de su control, como la decisión de una persona de usar un medicamento que estaba en estudios pese a su alta investidura, no es -a falta de un término más adecuado- justo.

Tampoco lo es que deba alejarse fustigada por parlamentarios que usaron la vacunación de Vizcarra para buscar réditos políticos y seguir manteniendo vigencia para las próximas elecciones sin importarles que estamos en medio de una emergencia sanitaria nunca antes vista.

¿Afecta la renuncia de Mazzetti al cronograma de vacunación y a la gestión de la pandemia en general?

No debería, dado que las políticas sanitarias se mantienen, pero sí lo hará porque genera incertidumbre respecto a cómo será el accionar de su sucesor Oscar Ugarte.

Esperamos que las fuerzas políticas dejen de lado sus intereses y entiendan que el éxito de la gestión de Ugarte es el éxito de todo el Perú.