A la luz de todo lo que se va sabiendo tras las explosivas declaraciones del filósofo Jaime Villanueva al Ministerio Público, qué dirán ahora los que hasta hace poco salían a medios, calles y plazas a decir, sin rubor alguno, que la Junta Nacional de Justicia (JNJ) era casi un “bastión de la legalidad y del estado de derecho”, y que si el Congreso echaba a sus integrantes, tal como lo permite la Constitución ante una falta grave, nos encontraríamos ante un golpe mortal a la democracia.

Bueno, ahora vamos sabiendo que la JNJ no se diferencia mucho del putrefacto Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), si tenemos en cuenta que Villanueva ha acusado al ahora renunciante Henry Ávila de andar pidiendo “favores” al ministro castillista Félix Chero no solo para beneficiarse él con un cargo nominal, sino también para favorecer a una empresa para la que trabajó, con la adjudicación de unos terrenos al sur del país. Solo faltó que el filósofo diga que entre ambos personajes se llamaban “hermanito”.

Antes también hemos conocido que según el locuaz Villanueva, otro miembro del JNJ, Guillermo Thornberry, era una especie de “topo” de la suspendida fiscal de la Nación, Patricia Benavides, a la que tanto cuestionan los que luego han sacado cara por esta institución que está a punto de ver cómo el Congreso suspende a todos sus integrantes por haber avalado la permanencia en el cargo de otra de sus magistradas, Inés Tello, a pesar de tener más de 75 años de edad.

¿Que lo dicho por Villanueva debe ser corroborado? Claro que sí, pero hay que tener en cuenta que solo por lo mencionado por este personaje y sin verificación alguna, la JNJ con Ávila y Thornberry incluidos, suspendieron de forma sumaria a Benavides. Hoy que el barro les cae a ambos directamente en la cara, entiendo que también deben ser sancionados sin demora, ¿verdad? ¿O es que lo manifestado por el filósofo solo es cierto cuando no los afecta a ellos?

Recordemos que la JNJ fue creada en teoría para reemplazar al CNM de los “hermanitos”, el “doctor Rock” y de los infiltrados de políticos de cuarta. Sin embargo, a estas alturas parece que sus miembros, empezando por la señora Tello que ha debido renunciar hace tiempo para no generar más problemas, han hecho todos los méritos para ser mandados a sus casas por el Congreso. Además, ¿qué mejora importante han logrado en el sistema de justicia en los últimos años. ¿Tenemos mejores jueces y fiscales? La respuesta es evidente.