Tal vez haya algo de coherencia en la seguidilla de pésimas decisiones que toma el presidente Pedro Castillo y eso se demuestra con la mayoría de las nuevas designaciones en el flamante gabinete liderado por la censurada e investigada Betssy Chávez Chino.

Como muestra un botón. Resulta difícil de creer que tanto los asesores presidenciales como los de la nueva premier no notaran que la elección de la congresista Heidy Juárez como titular del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables iba a agudizar los anticuerpos que el Ejecutivo tiene en el Parlamento. La  mencionada legisladora fue expulsada de la bancada de Alianza para el Progreso por ser, presuntamente, la persona que difundió los audios que le costaron la presidencia de la Mesa Directiva a Lady Camones y tuvo que renunciar a la que la acogió luego, Podemos Perú, porque el vocero de dicho grupo parlamentario, José Luna, pidió su dimisión por asumir la cartera sin haberles consultado.

Tal vez lo nieguen hasta la saciedad, pero este gabinete parece ser  la continuación de una estrategia para disolver el Congreso antes que este logre ponerse de acuerdo y consiga los votos para vacar a Castillo. El Ejecutivo está acomodando todo para que la tan mentada “bala de plata” sea usada lo más pronto posible  y el Congreso va a tener que reaccionar. Lo malo de este toma y daca es que en medio está la ciudadanía que cada vez está más harta de esta situación.

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