Ha sido gracioso y a la vez penoso ver cómo el ministro de Energía y Minas, Óscar Vera, busca aferrarse al cargo a través de la burda manipulación de una inocente encuesta publicada días atrás por Correo, en la que preguntábamos a nuestros lectores si el mencionado funcionario debía o no mantenerse en el cargo luego de haber quedado sin piso tras los cambios en la conformación del directorio de la quebrada Petroperú, que ha dejado a su sector en minoría.

Es gracioso porque el ministro Vera cree que con los resultados de una encuesta que carece de rigor estadístico, como todas las de este tipo, va a hacerle creer a alguien que es un buen funcionario público, cuando su gestión, empezando por su postura ante Petroperú, empresa de la cual es trabajador con licencia, es un desastre. Las razones por las que se mantiene en el cargo pese a los cuestionamientos, las conocen solo la presidenta Dina Boluarte y el premier Alberto Otárola, que están empecinados en no relevarlo.

También es triste porque la actitud del ministro Vera frente a la encuesta de este diario, un hecho que fue destapado por la Unidad de Investigación de Canal N, evidencia el nivel de quien al menos en el organigrama del Estado, es un funcionario de primer nivel, que tiene que estar obligando a los subordinados que tiene agrupados en diferentes chats, a que voten para que no se vaya a su casa. ¿No le dará vergüenza estar dando ese tipo de ordenes? ¿Tanto se aferra al cargo?

En los chats mostrados por el mencionado medio, hay una parte que sí es preocupante, pues Vera afirma que la pregunta de la encuesta de este diario “es campaña de los que quieren el lote X y la refinería”. Sería bueno que este caballero que ayer ha dicho que sus chats son públicos, muestre las evidencias de sus afirmaciones “públicas”. Y no es la primera vez que atribuye las críticas a su gestión propias de una democracia y la libertad de expresión, a oscuros intereses subalternos. Pruebas, señor ministro, pruebas.

El Poder Ejecutivo demuestra una gran falta de seriedad al tener en el gabinete a un ministro como Vera, que se aferra al cargo con uñas y dientes, y de paso lanza graves acusaciones a este medio, sin ningún sustento, porque no existe. Es tiempo de relevarlo y que vuelva a su puesto en Petroperú, donde además pertenece a uno de los tantos sindicatos que son parte del problema en el gobierno de esta empresa quebrada, que es un verdadero lastre para todos los peruanos.

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