Muchas veces, en diferentes épocas de nuestra historia, se ha dicho que “el Perú se encuentra en un momento decisivo” y que por eso debemos elegir bien a nuestros gobernantes y legisladores. La frase parece un cliché. Sin embargo, la pandemia que nos castiga hace que realmente nuestro bicentenario nos tome en una coyuntura muy dura y difícil que nos llama a ser responsables al instante de votar.

El gobierno que entre al poder el 28 de julio próximo junto al nuevo Congreso, encontrará casi un país en ruinas, con miles de muertos, una economía quebrada, el sistema de salud por los suelos, el desempleo por las nubes y la moral colectiva devastada. Para levantar esto, debemos llamar a las mejores personas y los mejores equipos.

Nada ganamos si elegimos para la Presidencia y el Congreso a improvisados, payasos, demagogos, farsantes, ignorantes, graciositos del Twitter o gente que no aporta, pero tiene billetera gruesa para hacer campaña. De eso ya hemos tenido hasta el cansancio, y un momento como el actual, con un país atravesando una de las peores crisis de su historia, requiere otro perfil de autoridad.

Queda poco más de dos meses para los comicios, y es momento de comenzar a informarnos. No podemos poner nuevamente al país en manos de gente como la que antes nos gobernó. El momento actual requiere otra cosa.