La situación que atraviesa la provincia de Trujillo, con un alcalde que es un verdadero impresentable como Arturo Fernández, tiene como únicos responsables a los electores que dieron su confianza a este sujeto que fue lanzado como candidato por Somos Perú, con el único “mérito” de haber puesto un huaco erótico de gran tamaño en el distrito de Moche y por haber hecho show durante los tiempos más duros de la pandemia.

Ayer en Correo Lima hemos calificado a Fernández como “el peor alcalde del país” no solo por sus actitudes machistas, misóginas, su falta de respeto a la Policía Nacional, su irresponsabilidad al participar en un concierto sin autorización y la sentencia judicial que tiene en su contra, sino también por su incapacidad para usar el presupuesto con el que cuenta para atender las necesidades de una ciudad con muchos problemas, especialmente de violencia.

Si Fernández llegó a ser alcalde, es responsabilidad de los electores que eligieron a un payaso en momentos de crisis, pues salíamos de la pandemia y siempre hay riesgo de lluvias y desbordes que ameritan hacer obras de prevención. En lugar de optar por un mejor candidato, prefirieron al “loquito” al que le gusta insultar a las mujeres y que hace meses debió ser enviado a su casa de no ser por la absurda burocracia que aún no permite expectorar a un tipo tan nocivo para su ciudad.

El caso de Fernández y su elección en Trujillo a pesar de sus antecedentes, debería ser motivo de análisis para tratar de conocer por qué los peruanos, en general, solemos votar por gente que se sabe que nada bueno hará por el país o su ciudad. También lo vimos con la elección como presidente del Perú de un casi iletrado y filosenderista como Pedro Castillo. ¿Qué nos pasa? Lo peor es que después nos quejamos y decimos “fulano no me representa”.

Ahora cuando vengan los efectos de El Niño y no haya obras en Trujillo porque su alcalde ha ejecutado apenas el 30% del presupuesto y solo hace noticia por los escándalos que protagoniza, ¿ante quién se van a quejar?, ¿a quién le van a reclamar si los propios afectados se dispararon a los pies eligiendo a este sujeto que ha sido enviado a terapia sicológica por el Poder Judicial? Ojalá este error en las urnas, no se pague también con la pérdida de vidas humanas.

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