Columna de texto aLuego de un mensaje esperanzador sobre la lucha para contener el coronavirus, el presidente Martín Vizcarra volvió a referirse al Congreso, enfatizando que tiene temas pendientes que resolver con urgencia. Es evidente que hay una preocupación del Ejecutivo por lo que haga o no haga el Parlamento que excede la coyuntura.

La crisis por la pandemia por la COVID-19 ha sido una presión brutal para el Gobierno. La permanencia de cifras terribles, como algo rígido e inamovible, ha generado problemas en el Ejecutivo y mucho miedo en la población. Por ello, los anuncios de medidas para adquirir las vacunas al mismo tiempo de informar sobre la disminución del requerimiento de camas hospitalarias, el descenso del número de contagios y defunciones y la mejora de la economía, han generado optimismo.

Parecería que el objetivo es dejar atrás los pronósticos apocalípticos y los análisis de mal augurio. En medio de eso, el mandatario emplazó al Congreso a que ratifique su voto a favor de la ley que impide a sentenciados a primera instancia a postular en las próximas elecciones. Al mismo tiempo dejó en claro que no se presentará ante la Comisión de Fiscalización sino que responderá los cuestionamientos por escrito. Esperemos que este nudo de acusaciones y dimes y diretes no sean obstáculos para que el país se encamine hacia un mejor escenario.

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