El principal problema del país no es Alejandro Soto y su cadena de mentiras o medias verdades arrojadas al vertedero de la infamia. Tampoco lo son “Los Niños”, a punto de ser expulsados de Acción Popular como quien prescinde de un miembro gangrenado y tampoco lo es las cifras anémicas de una economía congelada, sin señales de confianza y con niveles de inversión merodeando los túneles de la recesión.

El principal problema del país es la delincuencia. Son los satánicos sicarios disparando sus balas como la basura humana que son, los miles de comerciantes cobardemente extorsionados en los negocios que arduamente logran mantener a flote y la sensación de que salir a la calle en cualquier lugar del Perú es exponerse al peligro, rifar el celular o la billetera y, lo que es peor, arriesgar la vida ante cualquier animal, nacional o extranjero, dispuesto a percutar las insanias de su alma putrefacta.

Y mientras el país se desangra o hay ciudadanos decentes a los que les llega las fotos del seguimiento a sus hijos, comerciantes que reciben casquillos de bala o llamadas para negociar la recuperación de un vehículo robado, el Congreso está de semana de representación y el Ejecutivo espera, con desesperante paciencia, que le aprueben las facultades legislativas para tomar decisiones en una materia que, hace rato, se le ha escapado de las manos.

El país está en vilo y las llamas arden con indicios de propagación, pero los responsables no están vislumbrando la cercanía del infierno. Eso sí, tengan claro, que se va a requerir transgresión y mano fuerte, y actuar sin las contemplaciones babosas de la CIDH. A ver si empiezan cortando toda comunicación desde una cárcel, incluyendo la de los teléfonos públicos. A ver si empiezan los operativos de identidad a todo extranjero en el país y se expulsa de inmediato al ilegal. A ver si no esperan más muertos en las calles, más angustia por salir, más pavor ante una moto y un auto que acecha; a ver, digo, si justifican el sueldo que reciben, dejan de estafar con sus viajecitos inservibles, y empiezan por algo.