A tres semanas de haber asumido las riendas del país Pedro Castillo como presidente de la república en el bicentenario de nuestra independencia, en medio de una gran polarización política, los sectores políticamente conservadores se resisten al cuestionamiento de sus privilegios y ante una posibilidad real de perder el poder que han detentado en la gran mayoría de los 200 años de nuestra vida republicana.

Las mayorías del país por años marginadas del manejo del poder, han ganado, y sienten la necesidad de cambiar la Constitución política para avanzar en lograr verdaderos cambios estructurales, dotándonos de un nuevo pacto social, reconociéndonos como un país multinacional, multirracial y multicultural.

Quienes como Keiko Fujimori sienten la pérdida de poder, se niegan a aceptar los resultados electorales y continúan incentivando el proceso de polarización política, cuyo objetivo no es otro que lograr la vacancia del presidente Pedro Castillo.

Sectores que mantienen una visión oligárquica del país, no aceptan un presidente maestro rural, quechua hablante y que rehusara firmar una nueva “hoja de ruta”. Al sentir sus privilegios cuestionados, recurren a una mayor discriminación como la protagonizada por Maricarmen Alva, titular del Congreso, quien rechazó el saludo del presidente Castillo. No respetan ni quieren hacerlo.

Keiko Fujimori, Lourdes Flores, Montoya continúan sus llamados a la movilización en calles, mientras en el Congreso empiezan la campaña para censurar ministro por ministro restándole gobernabilidad no solo a Pedro Castillo, sino al país de manera irresponsable y antidemocrática, apoyados en una feroz campaña mediática de medias verdades y desinformación.

Es tiempo de hacer verdadera política dejando de lado los prejuicios, desarrollando el diálogo y buscando acuerdos en bien de nuestro Perú, con democracia y tolerancia.