Con el nombramiento del general Wilson Barrantes al frente de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) y de su colega Gustavo Bobbio como ministro de Defensa, el presidente Pedro Castillo no hace más que avivar los temores de que en cualquier momento se dará una pateadura a la legalidad y la democracia, a fin de evitar su caída y su encierro en un penal.

En 2019, Barrantes alentaba la insurrección pese a estar en un gobierno democrático. Son conocidos además sus coqueteos con el Movadef y Sendero Luminoso. ¿Este señor puede ser garantía de una conducta democrática?

De otro lado, ayer fue designado el general Bobbio como titular de Defensa. Este señor viene de trabajar en la DINI al lado del defenestrado José Luis Fernández La Torre y además ha sido cercano al asesino de policías Antauro Humala.

Estos dos caballeros más parecen una fuerza de choque para reventar la democracia, antes que políticos y funcionarios de primer nivel para administrar sus respectivas dependencias. ¿Así quiere el presidente Castillo despejar las voces que afirman que se alista un ilegal cierre del Congreso?

Más bien, con estos dos nombramientos, queda a los peruanos estar más alertas con los movimientos de esa dupla brava, que ha colocado un jefe de Estado temeroso de acabar preso en muy breve plazo.