El Ministerio de Relaciones Exteriores debería tener una participación mucho más activa para desmentir las versiones manipuladas y falsas que circulan en todo el mundo a través de medios supuestamente serios que, consciente o inconscientemente, están haciendo de caja de resonancia a grupos radicales de izquierda que han puesto en peligro la ya de por sí frágil democracia peruana.

Hace poco se ha conocido un llamado de atención a los embajadores que no están cumpliendo su función de defender la verdad y la imagen del Perú, teniendo en cuenta que en el mundo muchas veces nos ven como una tiranía donde militares y policías salen a disparar contra “manifestante pacíficos” que luchan contra un gobierno usurpador y prepotente que echó del poder a un mandatario campesino.

Es indignante ver la sarta de mentiras que circula en ciertos medios y en redes sociales, donde nadie es capaz de entender que Pedro Castillo dio un golpe de Estado, que está preso por eso y que Dina Boluarte, guste o no, tuvo que asumir el cargo de acuerdo a la Constitución. Lo demás, son puras mentiras que incluso son repetidas por presidentes que son una vergüenza para la región.

La verdad tiene que ser contada con total claridad en el mundo, y ese es trabajo del servicio diplomático enviado a servir al país desde el exterior. Es inaceptable que se agravie al país y que muchos embajadores no se den por enterados, tal como ha admitido el propio Ministerio de Relaciones Exteriores en una comunicación interna. Acá falta poner orden, señora canciller.