La COP 20 llegó a su fin luego de dos semanas y qué duda cabe que nuestro país ha estado en los ojos del mundo en materia de lucha contra el calentamiento global. Sin embargo, más allá del evento internacional que terminó, habría que ver qué estamos haciendo internamente para preservar nuestro hábitat en medio de todas las amenazas existentes.

Es irónico, por ejemplo, que hayamos sido la “vedette” en materia de preservación ambiental, cuando tenemos colectores que aún van a parar al mar, carecemos de una política de retiro de unidades motorizadas viejas y contaminantes de nuestras calles, la basura sigue siendo echada en las calles y no se hacen esfuerzos contra la tala indiscriminada, entre otras situaciones.

Un tema aparte es el de la contaminación que genera la minería informal, que nadie supervisa y controla. Lamentablemente, tenemos un gobierno como el actual que carece de autoridad moral para combatir este flagelo luego de haber recibido dinero para su campaña de gente dedicada a esta ilícita actividad. Recordemos que, incluso, algunos de estos personajes llegaron al Congreso bajo las banderas del nacionalismo.

Es muy bueno haber sido organizadores de un evento de la trascendencia de COP 20. Sin embargo, no creamos que ya hicimos bastante en la lucha por conservar nuestro hábitat. En el Perú estamos en pañales en la materia, pues recién empezamos a tomar conciencia del grave problema que tenemos por delante. Urge que todos, comenzando por las autoridades, asumamos un real compromiso ante un gran reto.

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