El oxígeno medicinal es esencial para tratar enfermos por coronavirus, obtenido por criogénesis con una pureza del 99% al 100%, o por absorción con una pureza entre 93% al 98%. Ambos son aceptados por la OMS.

La RM 062-2010-MINSA suscrita por el exministro de Salud Oscar Ugarte, acepta únicamente el de una pureza no menor al 99% producido por dos empresas: la alemana Linde y la estadounidense Air Products, multadas por prácticas monopólicas con S/.15 millones, sentencia ratificada en casación 7634-2017, que recién conocimos el 19 de junio último.

Tenemos derecho a medicamentos de calidad, pero no que se negocie con nuestras necesidades. Al no reconocer como medicina válida el oxígeno de una pureza entre 93% y 98%, el Estado sólo adquiría oxígeno de las empresas monopólicas, generando escasez y lamentablemente fallecimientos, además del encarecimiento del oxígeno que perjudica aún más a los pacientes de COVID-19.

Si la OMS valida un oxígeno no menor al 93% de pureza, ¿por qué prohibimos su uso en el país? Más de 100 días de cuarentena han sido un inmenso sacrificio para los peruanos con la angustia adicional por obtener balones de oxígeno para sus familiares.

El daño está hecho aunque se haya autorizado con retraso el uso del oxígeno desde 93% de pureza, mientras dure la pandemia. Sin embargo, aún no se rectifica o deroga la RM del año 2010 firmada por el exministro de salud, aunque sea evidente el error.

No queremos hacer leña del árbol caído. Todos cometemos errores, pero esta experiencia nos obliga a reflexionar sobre las normas y procedimientos emitidos por las autoridades y que terminan beneficiando empresas oligopólicas o monopólicas, las que en plena pandemia priorizaron su ganancia y no la salud ni el bienestar de los peruanos. Necesitamos cambiar esta práctica.

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