La psicoterapeuta Esther Perel, especialista en negociaciones de pareja, señala que las negociaciones se vienen multiplicando en nuestro día a día. Antes, las normas sociales rígidas establecían las funciones que cada uno tenía: ser madre, ser el padre proveedor, etc. Hoy en día, ya no son funciones que se esperan sino elecciones que cada uno debe tomar. 

Al ya no tener roles definidos, todo se abre a una negociación.  Como todo en la vida, se aprende a negociar a través de ensayo y error. Pero no nos educamos en el arte de la negociación. 

Al contrario, solemos relacionar el conflicto con algo negativo, cuando, en cambio, es necesario para llegar a un acuerdo que ambas partes sientan que les beneficia. Además, nuestro primer espacio de negociación es la familia, por eso, es tan importante darles cabida a los niños para ejercitar sus habilidades de negociación.

Chris Voss, ex negociador del FBI con una amplia experiencia en todo tipo de negociaciones –incluyendo rescates de rehenes–, nos explica el ABC de la negociación en su libro “Rompe la barrera del No: 9 principios para negociar como si te fuera la vida en ello”.

Lo primero que tenemos que tener claro es que la negociación es un proceso emocional.  Necesitamos ser empáticos e inteligentes emocionalmente para negociar, y para ello, tenemos que practicar la escucha activa. Lo segundo, es que, para poder negociar asertivamente, necesitamos sentirnos cómodos con el “no”.

Un “no” honesto es mucho más útil que un “sí” dubitativo.  De hecho, muchas veces decimos “sí” por compromiso, lo cual genera una seguidilla de problemas posteriores. 

Pero para formar personas que se sientan cómodas con el “no”, tenemos que permitir que los niños y jóvenes nos pongan límites y ejerzan su derecho a decir que no, lo cual puede ser difícil de manejar para muchos adultos. Perdamos el miedo al no, aprendamos a negociar.