Nuestra Constitución señala que corresponde al Estado:  generar las condiciones para el progreso social y económico del país (artículo 23); asimismo, “(...) promover el bienestar general” (artículo 44″); la descentralización “tiene como objetivo fundamental el desarrollo integral del país (...)” (artículo 188″).

Dentro de dicho esquema, las actividades productivas y en especial la actividad minera contribuyen con el bienestar general, aun cuando existe un tema pendiente; el valor y propiedad de la superficie de la tierra en posesión de privados o comunal, en relación con los recursos naturales del subsuelo de propiedad del Estado (Art. 66 de la Constitución).

La actividad minera está gravada con impuestos y contribuciones no tributarias como canon, regalías, derechos de vigencia entre otros, que se redistribuyen entre los gobiernos locales y regionales del país. Por canon, sobrecanon y regalías mineras, entre los años 2009 al 2018 se redistribuyeron aproximadamente 65 mil millones de soles. Durante el mismo periodo el 26 % del PBI subnacional, provino de dichos recursos.

La disyuntiva, de agua o minería, agricultura o minería, medio ambiente saludable o minería, “conflicto” exacerbado por posiciones ideológicas de partidos y ONGs de “izquierda”, arruinan el desarrollo del país y nos condenan a la pobreza. Inaceptable en un país con potenciales recursos hídricos, recursos mineros y agrícolas. El Estado debe incentivar la riqueza, haciendo viable el desarrollo de todas las actividades productivas. No afectando, desprotegiendo y “cerrando minas”.

Hoy se traslada por el gobierno la responsabilidad al Congreso de incrementar impuestos, como supuesto para conseguir recursos. Esto es presión inaceptable, populismo barato y empobrecedor. ¿O buscan el cierre del Congreso? Generen empleo y amplíen base tributaria.

Invito a revisar la experiencia de la minera Cerro Verde en Arequipa, con la Empresa de Saneamiento de Arequipa SEDAPAR, autoridades y población, que hicieron realidad plantas de tratamiento de agua potable. Hoy en Arequipa más del 90 % de la población cuenta con agua potable y se viene descontaminando las aguas del Rio Chili. Así se hace patria.