Aunque usted no lo crea, estimado lector, el dictador y mayor violador de los derechos humanos en América del Sur y responsable de la dramática y más grande diáspora venezolana, el gendarme Nicolás Maduro, fue admitido para participar en la 46° sesión virtual del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. No es posible que un país, cuyo régimen ha sido acusado de acciones que el Consejo condena, siga ocupando un lugar en su seno y que su gobernante, suelto de huesos, participe en un foro de esta envergadura.

En defensa de los principios del derecho internacional, pregunto en voz alta: ¿Por qué razón la ONU, investida de relevante autoridad moral desde su creación al final de la guerra de 1939, ha admitido a quien precisamente simboliza los antivalores que el mayor foro planetario ha venido combatiendo?.

Ya sabemos que cada organización internacional actúa por cuerda propia sin depender una de otra en un mundo jurídicamente plano, es decir, sin autoridad central, pero esa no es una razón para permitirlo pues siempre resultará incompatible reunir a los ángeles con el diablo. La ONU debe tomar en cuenta las valoraciones de otros foros políticos sobre el nefasto régimen de Venezuela, aunque no sean imperativas o vinculantes, es decir, obligatorias. No es posible, entonces, que el Consejo de DD.HH. de las Naciones Unidas, no haya considerado a una resolución aprobada por la Organización de los Estados Americanos - OEA, que califica al régimen chavista de dictadura consolidada. Nuestra insistencia por el caso de Venezuela no se debe al capricho.

No puede soslayarse de que Caracas cuenta uno de los mayores registros de violación de derechos humanos en el planeta. Por alguna razón el Informe de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos de la ONU sobre Venezuela ha concluido que Maduro y algunos de sus ministros, están vinculados con crímenes de lesa humanidad, y por tanto, sujetos de imputación penal. Con todo lo anterior, cabría preguntarnos ¿Por qué razón el Grupo de Lima, creado por iniciativa de nuestro país para ver la situación de Venezuela, no ha protestado?. La “diplomacia” madurista se burla de la sudamericana y desde luego, de la peruana que suponíamos lideraba el G-Lima.