“La normalidad en el mar peruano es la variabilidad”. Esta frase del científico peruano Marco Espino grafica la realidad de nuestro mar, donde los factores climatológicos y oceanográficos, que son sumamente variantes, resultan siendo muy relevantes para determinar, entre otros aspectos, el desarrollo de la actividad pesquera.

Así, a lo largo de su historia, el Perú ha atravesado por períodos cálidos, neutros y fríos; siendo este último el ideal para el desarrollo de los ecosistemas de especies pelágicas, como la anchoveta.

Sin embargo, en la actualidad, el mar del Perú presenta condiciones neutras debido al ingreso de aguas cálidas provenientes del Pacífico Norte; y, según el último informe del IMARPE, ello corrobora que la anchoveta por el momento se disperse, se profundice y se desplace hacia el sur, así como que exista importante presencia de recurso juvenil, lo cual es muy bueno porque expresa la sostenibilidad de esta especie.

Por ello, nos parece muy acertada la decisión del IMARPE de continuar monitoreando las condiciones del mar con un nuevo crucero de investigación, hasta observar que las condiciones sean favorables para dar inicio a la primera temporada de pesca de anchoveta 2023 en la zona centro norte del país.

Recordemos que gracias a medidas como ésta, nuestra pesquería de anchoveta es reconocida en el mundo por su buena administración; así lo señalan científicos peruanos y extranjeros e instituciones internacionales como la FAO y las prestigiosas universidades de Yale o Columbia; algo que nos debería llenar de orgullo.

Esta no será la primera ni la última vez que nos toque enfrentar situaciones similares; ya lo hemos vivido en años anteriores y la biomasa de anchoveta se ha mantenido estable y saludable precisamente por una buena administración. Así, lo que nos toca ahora es esperar a que este Niño se enfríe.






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