Los diplomáticos para crear la política exterior del Estado -la cancillería es el laboratorio natural, aunque otras entidades como el ministerio de Comercio Exterior y Turismo, por ejemplo, pueden coadyuvar, precisando que su ejecución, corresponde a Torre Tagle por antonomasia-, que no es otra cosa que la proyección externa de los intereses nacionales, como enseñó el eminente excanciller, embajador Carlos García Bedoya (1925-1980), necesariamente deben mirar el famoso mapamundi o un globo terráqueo, de lo contrario, se hallarán desorientados, volviendo vulnerable la estrategia internacional del país pues no tendrán punto de partida, además, para definir la política internacional del Estado, que es la visión estratégica nacional analizando las políticas exteriores de los demás países con los que interactúa. Los militares deberían comprender que su marco de operaciones no es solamente las denominadas fuerzas de paz de la ONU -cascos azules-, como el Perú las cuenta en la República Centroafricana, sino decididamente con salto de garrocha, aprehendiendo fijamente sus objetivos en el Consejo de Seguridad, órgano del mayor foro político planetario, donde se discute todo el tiempo acerca de las acciones encaminadas al mantenimiento de la paz en el globo -como ahora con lo que pueda pasar en Ucrania-, conforme ha sido establecido en la Carta de San Francisco de 1945 -tratado fundacional de la ONU-, priorizando el principio de solución pacífica de las controversias como norma de ius cogens (de obligatorio cumplimiento), y así evitar las guerras. Militares y diplomáticos, en su condición de agentes del Estado, procurarán su liderazgo en los anillos lógicos de las relaciones internacionales y la geopolítica: bilateral, subregional, regional, hemisférico y mundial. No hay que ser hegemón o potencia intermedia para lograrlo. El Perú hizo suya la Tesis de las 200 Millas y al inicio de los años 70 fue líder en la III Conferencia de las NN.UU. sobre el Derecho del Mar (1973), por impulso de su entonces canciller, el general Edgardo Mercado Jarrín (1968-1971), padre de la geopolítica peruana, junto a grandes diplomáticos y marinos, principalmente. Pudiendo serlo, esta vez con la vacuna, para que sea declarada “bien común de la humanidad”, por no mirar el mapa de la pandemia, lo dejamos pasar.