Los audios de Karem Roca, el Club de la Raqueta, el poder omnímodo de Miriam Morales, el caso “Swing”, entre otros, son hechos categóricos que resumen no solo la naturaleza de un gobierno, sino que dejan traslucir la impronta moral y la esencia ética de quien está detrás de todo ello: El presidente Martín Vizcarra.

Pero llama la atención que tras las muestras elocuentes del estado de descomposición en el que ingresa el régimen, no haya habido en el Gabinete Ministerial un solo gesto de indignación y de hartazgo, de rechazo u objeción y que 19 personas, supuestamente íntegras, supuestamente intachables, hayan optado por la peor de las lealtades, la que se prodiga para seguir masticando de las fauces del poder.

Al correcto Walter Martos, al excelentísmo Mario López Chávarri y a María Antonieta Alva, ¿le parecen normal que un grupo palaciego coordine para obstaculizar a la justicia? ¿para unificar una versión y “que salgamos bien todos”?

Para Ana Neyra (Justicia), Rocío Barrios (Produce) o Carlos Lozada (Vivienda), ¿normal nomás que se hayan  borrado 27 mil correos electrónicos de las bandejas electrónicas de Palacio? ¿No le hace ruido a Martín Benavides (Educación), a Rosario Sasieta (Mujer) y Alejandro Neyra (Cultura) que Swing se haya llevado 175 mil soles de la nada, por servicios que nunca brindó o simuló brindar? ¿Dónde está la incólume Patricia Donayre (Midis), tan proclive a los arrebatos de decencia, en esta feria de malandrines asaltando las arcas del Estado? ¿Dónde está Luis Incháustegui (Energía) con el apellido que lleva?

A César Gentile (Interior) y Jorge Chávez (Defensa) ¿les da igual que haya una estructura piramidal de corrupción liderada por el jefe de Estado, según la hipótesis de la Fiscalía? ¿Se sienten cómodos Carlos Estremadoyro (MTC) y Kirla Echegaray (Ambiente) viendo Panorama cada domingo? ¿Cómo lo ven? ¿Con café y galletitas? ¿O con pop corn? ¿Alguien dijo “hasta aquí nomás”? ¿Uno, tan solo uno, dijo “¡a la mierda!” el auto blindado, la comitiva, la seguridad personal y la cuenta bancaria? Uno, tan solo uno, ¿pensó en el país, en el ejemplo, en los hijos? ¿O todos prefirieron silbar y mirar a otro lado? Usted tiene la respuesta.