El Informe de Riesgos Globales 2024, presentado por el Foro Económico Mundial, pone de manifiesto una realidad preocupante para nuestro país: la amenaza más inminente en los próximos dos años es una potencial recesión económica. Este diagnóstico, que resalta la fragilidad del Estado, la erosión de la cohesión social y la actividad económica ilícita como riesgos adicionales, demanda una acción decidida por parte del Gobierno.

La presidenta Dina Boluarte, al abordar este tema durante una actividad oficial, resaltó la necesidad de paz para atraer inversiones y lograr la ansiada recuperación económica.

Coincidimos con la importancia de estimular la inversión como motor de crecimiento, pero creemos que este impulso no debe limitarse exclusivamente a los mercados internacionales. Es esencial brindar seguridad y respaldo a los emprendedores, así como a pequeños y medianos empresarios, quienes desempeñan un papel crucial en la dinámica económica del país. Ellos también necesitan paz.

La afirmación de la mandataria sobre la necesidad de paz para atraer inversiones es acertada, pero debe ir acompañada de medidas concretas que frenen la creciente criminalidad que amenaza los negocios locales. La delincuencia, al provocar el cierre y quiebre de establecimientos en nuestros barrios, distritos y provincias, socava los esfuerzos gubernamentales y convierte las palabras de la presidenta en meras intenciones sin respaldo tangible.

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