Si la poderosa Disney, la misma que recauda miles de millones de dólares en el mundo entero con la saga de “The Avengers”, “Star Wars” y las películas de Pixar, está sintiendo la pegada de la crisis que ha generado la pandemia por el coronavirus, imagínense el escenario que se presenta para la frágil industria del entretenimiento local.

La compañía norteamericana ha detenido el rodaje de ambiciosos proyectos cinematográficos y ha reprogramado para mayo y noviembre sus apuestas más atractivas como “Mulán” y “Viuda negra”. Broadway, la meca del teatro musical, apagó sus marquesinas y con ellas ese mundo de arte e ilusión que atrae a multitudes y genera un movimiento impresionante de ingresos.

Este panorama, que no pretende comparar una realidad con otra, simplemente es para que se entienda que el efecto postpandemia a nivel económico alcanzará a todos y sin excepción. Los tiempos que se vienen serán duros aquí y en el mismísimo Estados Unidos. Solamente en abril ya se anunciaban “La jungla” en La Plaza, “El ocaso de una estrella” en el Ricardo Blume, “El rey se muere” en el Marsano y la reposición de “Toc Toc” en el Pirandello, solo por mencionar algunos de los inminentes estrenos teatrales. ¿Se reprogramarán? ¿Qué recomendarán las autoridades? También en ese limbo de ansiedad y desesperación están todos los involucrados en pequeños emprendimientos teatrales en toda su diversidad de propuestas.

El rubro de los conciertos, discotecas, salas de entretenimiento, pubs, que generan a su vez movimiento en sectores conexos, tampoco tiene una fecha exacta para reiniciar con fuerza, y no solo por las disposiciones que se darán respecto al distanciamiento social, también hay que incluir que durante muchos meses la gente tendrá temor de acudir a lugares cerrados.

Y eso de que no hablamos de músicos que viven al día en Lima y todo el Perú y cuentan los días para que haya un trabajo en una orquesta, casino, fiesta patronal o en la calle. Hablando del cine peruano, hay una lista de estrenos que han quedado en suspenso, hasta que las salas reciban luz verde para abrir sus instalaciones, nos imaginamos con las restricciones del caso en cuanto aforo y seguridad sanitaria.

Mientras todo llega a la normalidad, si se llega, proyectos de cine y también de televisión no se emprenderán por lo menos este año. Esa es la realidad, dura, real, pero es; la tarea será enfrentarla, con valentía, creatividad y sobre todo solidaridad, que hoy más que nunca se debe tomar en cuenta para poder sobrevivir ante tanta tragedia.