Ayer en Correo Lima hemos publicado un informe que detalla que 39 actuales congresistas dejaron los partidos por los que fueron elegidos en abril de 2021, para pasarse a otras agrupaciones o simplemente formar nuevas bancadas, lo que demuestra, entre otras cosas, la precariedad de los partidos políticos, incluso de aquellos que llegan a ganar elecciones generales.

En realidad, lo que tenemos como partidos políticos hoy son, en su mayoría, clubes de amigos o federaciones de independientes que ponen una mesa en un patio, deciden lanzarse a ocupar cargos públicos y se juntan, no importa si más adelante se enemista, se pelean, se separan y se van incluso a las orillas opuestas.

Esto es una falta de respeto al país y especialmente a los electores. Sin embargo, lamentablemente, a pesar de los esfuerzos y las iniciativas que por allí se han tenido, poco o nada se ha avanzado en tener agrupaciones políticas sólidas y con cuadros valiosos para ponerse al frente de un país con tantos problemas.

Veamo lo sucedido en las dos últimas elecciones. En 2016 ganó Peruanos por el Kambio (PPK), del que a los pocos meses nada quedaba. Cinco años después ganó Perú Libre, encabezada por un corrupto que lanzó a la Presidencia a un “invitado”, que hoy se ha desmembrado en minibancadas mientras el ganador de los comicios está preso. ¿Habrá forma de salir de esto?