El expresidente Pedro Castillo ha cambiado nuevamente de abogado, pues Eduardo Pachas ha decidido dar un paso al costado cansado, según ha dicho a El Comercio, de la injerencia de quien parece ser el único profesional al que nadie mueve de la defensa legal del expresidente para el que el Ministerio Público está pidiendo 34 años de encierro por la interrupción del cauce constitucional del 7 de diciembre del 2022: Iber Maraví, quien fuera ministro de Trabajo y Promoción del Empleo durante el mandato del golpista.

¿Quién es este caballero? Es un abogado y a la vez un docente radical que tuvo que dejar el cargo en el Poder Ejecutivo una vez que salió a la luz que a inicios de los años 80 fue involucrado en atentados dinamiteros de la banda terrorista Sendero Luminoso en Ayacucho. Ahora es un leal escudero de quien hasta ahora se hace la víctima diciendo que lo “terruqueaban” injustamente por ser provinciano y campesino. Bueno, quién lo manda a rodearse de esta clase de personajes.

No olvidemos que desde que en 2017 Castillo saltó a la escena pública como agitador profesional, pirómano y profesor radical que formó un sacha sindicato que tenía como “bandera” exigir aumentos sin que sus miembros sean evaluados, fue muy próximo a los terroristas reciclados y asolapados del Movadef, el rostro actual de los carniceros y degolladores de niños que conocimos en el pasado. Allí están los videos al lado de indeseables que habían purgado prisión por cometer u ordenar crímenes y atentados.

Ya en Palacio de Gobierno, Castillo recibía a una y otra vez a elementos del Movadef o a gente que por lo menos había puesto su firma para que esta banda sea reconocida como “partido político”, mientras, como siempre, el profesor se quejaba afirmando que era víctima de “terruqueo”. Sin duda este señor no podía tener la cara más dura. Hoy, ya caído en desgracia y al borde de ser condenado a pasar 34 años encerrado por golpista, pone su defensa en manos de Maraví.

En los bárbaros años 80, cuando los asesinatos y los atentados nos pusieron al borde del abismo, ni en nuestras peores pesadillas a la sombra de los apagones generados por las voladuras de torres de alta tensión, hubiéramos podido imaginar que en algún momento de la historia del Perú, iba a llegar a Palacio de Gobierno un sujeto hermanado a estos criminales que estuvieron muy cerca de hacer estallar este país con todos nosotros adentro. Como para reflexionar mucho.