Si el 6 de junio de 2021 hubiéramos sabido lo que sabemos hoy ¿acaso hubiéramos votado de manera diferente? La retrospectiva nos da la posibilidad de reevaluar decisiones del pasado sabiendo ya el desenlace de las cosas.

A la luz de lo que vivimos hoy, muchos peruanos probablemente no le hubieran dado su voto o su confianza a Pedro Castillo. Incluso aquellos que no votamos por Castillo nos hemos sorprendido de la frescura del presidente y de su entorno para burlarse de la institucionalidad y aprovecharse de las arcas del Estado. Hemos oído declaraciones que sugieren que este gobierno estaba involucrado en actos de corrupción desde setiembre de 2021. Es decir, con tan solo un mes en el poder, Castillo (o su entorno cercano) ya estaba incurriendo en actos de corrupción. Ni siquiera dio a los peruanos el tiempo para darle el beneficio de la duda.

En el primer año del gobierno del pueblo ha sido tal el daño infligido al país, las decenas de ministros designados, y la cantidad de escándalos del entorno presidencial, que no parece haber sido solo un año sino diez. Y mientras Castillo continúe en el poder, el daño se seguirá multiplicando. La situación en la que estamos es insostenible.

Los peruanos prometimos ser “vigilantes” frente al gobierno. Sabiendo lo que sabemos hoy, es una vergüenza que no nos movilicemos, que no exijamos una renuncia. Si permitimos cuatro años más de esto, el país que tengamos en el 2026 va a ser inviable.