Un claro mensaje ha dejado la última encuesta de Datum aparecida en Perú 21 y Gestión sobre las candidaturas presidenciales, la cual confirma lo señalado por el sondeo de CPI publicado por Correo hace diez días. Resulta que un 56% de peruanos no se inclina por ningún postulante, no se decide por quién votar o prefiere el blanco o viciado.

Es evidente que la mayoría está harta de las pugnas, los odios, la corrupción y los arreglos bajo la mesa de una clase política que cada vez los representa menos. No siente simpatía por la política tal como se ejerce y tampoco por los personajes que la ejercen. Es una reacción natural contra la incapacidad hecha poder.

Hay muchas señales de inconformidad que proyecta la gente, pero sus únicos destinatarios (Ejecutivo y Legislativo) no lo entienden. Ante este panorama, es lógico que se necesite renovación o incorporación de políticos con ideas nuevas. Será positivo que aparezcan líderes que, por ejemplo, dejen los clichés anticorrupción y los pongan en sus actos.

También que sean capaces de llevar adelante reformas que pide la sociedad, con un profundo cambio de hacer política, comprendiendo y haciendo comprender que en vez de polarizar hay que unirse, de lo contrario nos vamos al abismo.

George Forsyth, Hernando de Soto, Verónika Mendoza, Julio Guzmán y Keiko Fujimori siguen en las primeras posiciones, pero nadie pasa el 10%. Seguramente habrá algunos cambios hasta el 11 de abril del 2021, sin embrago, lo que más quieren los peruanos que el futuro no sea más de lo mismo.