Ya no cabe ninguna duda de que el Tribunal Constitucional peruano ha sido secuestrado por funestos intereses políticos. Con el voto permanentemente homogéneo de cuatro magistrados con afinidades ideológicas, han declarado la inconstitucionalidad de importantes leyes para la nación, y avalaron el grave atentado de lesa República que significó la disolución del Congreso elegido en el 2016, admitiendo la utilización de una inexistente “denegación fáctica” de la confianza al gabinete, con el agravante de haberse pronunciado en causa cuyos efectos los implica directamente.

Fue precisamente la elección de magistrados del TC para renovar a los seis que aún tienen su mandato vencido (entre los que se encuentran los antes referidos) que pretendió llevar a cabo el Congreso que finalmente fue disuelto, lo que motivó al expresidente Vizcarra a plantear una moción de confianza sobre la aprobación de una ley que modifica el procedimiento de selección, exigiendo su aplicación inmediata al concurso en marcha, lo que no fue aceptado por el Congreso, pese a que la ley se aprobó (para futuros concursos, como debe ser) razón por la que “la confianza” fue otorgada expresamente, lo que fue obviado por el PE, a quien lo que le interesaba era detener la selección en marcha, lo que pudo conseguir con la inconstitucional disolución del Congreso.

Ahora, nuevamente, utilizando a una jueza supernumeraria (suplente) del PJ, los sectores políticos interesados en mantener la actual composición del TC, bloquean la selección que se estaba llevando a cabo, y perpetran un nuevo atentando contra la majestad del parlamento, intentando mediatizar sus prerrogativas e impedir sus funciones constitucionales.

Resulta que al “primer poder” del Estado una decisión presidencial lo puede disolver si le aplica denegatoria de confianza fáctica; o una resolución judicial  que admite una medida cautelar de un ciudadano corriente puede impedir que siga ejerciendo una prerrogativa constitucional, pero, ¿el Congreso puede impedir que se promulgue un D.S que es prerrogativa del PE, porque no le gustan sus efectos? No. ¿Puede evitar la conformación de una Sala Suprema, que es prerrogativa del Poder Judicial, porque no le convence dicha designación? No. Eso es separación de poderes, lo que algunos se esfuerzan en negarle al Congreso en su repudiable afán de seguir manteniendo secuestrado al TC en beneficio de sus protervos intereses.