En el caso de las investigaciones fiscales al expresidente Pedro Castillo debemos ir al grano y sin rodeos: hay razones y fundamentos para que continúe en la cárcel. Por ello, no fue sorpresa que ayer le impongan 36 meses de prisión preventiva por presuntamente encabezar una organización criminal en los ministerios de Transportes, y de Vivienda, Construcción y Saneamiento.

Los operadores de justicia la tienen clara y han dictaminado contra la exprimera autoridad del país, que, según todas las señales, usó el poder para beneficiarse personalmente, con acciones ilegales. Una clara traición a sus votantes, al poner sus intereses subalternos por delante del interés común.

Además es grave que bajo su protección haya habido muchos indeseables. Esto se ha visto de manifiesto al conocerse las acciones de Jorge Ernesto Hernández Fernándea, alias “El Español”, quien habría tratado de atentar contra opositores al Gobierno y manejado la Dirección Nacional de Inteligencia, con el respaldo de Pedro Castillo, según una carpeta fiscal. Este personaje también habría captado a congresistas como el fujimorista Luis Cordero, quien hace poco fue separado de la bancada de Fuerza Popular. Esto demuestra que no solo los “Niños” obedecían al golpista

Todo esto habla de los oscuros manejos del Gobierno de Castillo para tener el control del Estado. En este aspecto, la honestidad pasó a un plano secundario. La inmoralidad, la falta de transparencia y los tratos bajo la mesa han sido denominador común.

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