Estamos a poco más de un mes para las elecciones congresales y la campaña continúa tibia y mediocre, por la calidad de los candidatos y porque la mayoría no entiende siquiera cuál es la función de un congresista y apelan a la ignorancia popular para ofrecer el oro y el moro. Prometen arreglar el país, acabar con la corrupción, establecer la pena de muerte para los corruptos, eliminar la inmunidad, no cobrar sueldo, etc., etc., etc… una sarta de promesas imposibles de cumplir, no sólo porque no es tan sencillo, sino porque son simples disparates.

Nada nos hace pensar que el nuevo Congreso sea mejor que el anterior, porque como hemos podido conocer, los partidos políticos están infestados de oportunistas con antecedentes o gente sin preparación alguna que postula por consigna y obedece a intereses de grupos radicales fanatizados y conservadores. Con ese panorama, lo más probable es que tengamos más de lo mismo en el Congreso.

Sin embargo, aún estamos a tiempo, a pesar que votar en blanco o viciado es un derecho, pensemos en las consecuencias de votar de ese modo, porque la ONPE sólo contabiliza los votos válidos.

Por ejemplo, si el padrón tiene 100 votantes y la mitad votan en blanco o viciado, los 50 restantes se convierten en el 100 % de votos válidos, con lo que un partido con 25 votos puede obtener el 50 % de curules. Entonces marca escogiendo bien a tu candidato, pero no votes en blanco o viciado.

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