El Poder Ejecutivo dio hace unos días un decreto legislativo que entiendo que tenía la mejor intención en la lucha contra la criminalidad, al facultar a la Policía Nacional a efectuar las investigaciones preliminares frente a situaciones delictivas, con lo que se quitaba esta responsabilidad al muy cuestionado Ministerio Público, últimamente especializado en liberar a delincuentes de alta peligrosidad al amparo de corruptelas, legalismos y papelucheos abogadiles.

Sin embargo, el miércoles último por la noche, el Ministerio Público a través de un comunicado emitido por la Junta de Fiscales Supremos ha cuestionado esta norma dada al amparo de las facultades otorgadas al Ejecutivo por el Congreso al considerarla inconstitucional. Afirma que se están recortando sus facultades y ha señalado que no la acatará, con lo que se da un gran golpe a la lucha contra la inseguridad en las calles.

Desde hace años se pide que para la lucha contra la criminalidad tiene que haber coordinador entre los entes encargados de hacer frente a esta lacra. Los llamados son la Policía Nacional, el Poder Judicial, el Ministerio Público, el sistema penitenciario, los gobiernos regionales y las municipalidades. Sin embargo, hoy tenemos ante nuestros ojos una pugna absurda que no hace más que favorecer a los delincuentes y afectar al ciudadano de a pie.

Lo mínimo que debió haber aquí, es una coordinación entre el Poder Ejecutivo y el Ministerio Público, aunque este último en las últimas semanas haya tenido hasta tres cabezas y ande metido en luchas de poder y apuñalamientos producto de la extrema politización que se vive en esta institución que sin dudas se ha puesto de espaldas a los peruanos gracias a sus fiscales incapaces y corruptos que liberan a delincuentes.

Con este enfrentamiento, asesinos, ladrones, extorsionadores, secuestradores y demás criminales deben estar muy felices, mientras el ciudadano al que le roban el celular y el pequeño comerciante al que le piden cinco soles diarios para no dejarle una granada en la puerta de su casa, no sabe a dónde mirar. Tanto exigir un mínimo de coordinación entre entidades públicas, para terminar el sangriento 2023 de esta manera. Un fracaso.

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