Tras el entierro de la niña de 10 años que fue ultrajada sexualmente y asesinada por un sujeto en Barranca, decenas de pobladores y familiares de la menor se pararon frente al Poder Judicial de la ciudad para exigir una inmediata investigación para castigar al responsable de este crimen.
Los pobladores y conocidos de la familia comenzaron a lanzar huevos en contra de la sede de este organismo.
Por su parte, varios agentes de la Policía se posicionaron frente al local judicial, además utilizaron bombas lacrimógenas para dispersar a los manifestantes.
Las autoridades tuvieron que cerrar las calles aledañas a la sede judicial, mientras los comerciantes cerraron sus negocios. Unos 150 policías llegaron al punto.