Tras un sismo, es normal experimentar miedo, ansiedad o confusión. Expertos en salud mental ofrecen claves para cuidar el bienestar emocional y detectar señales de alerta.
Tras un sismo, es normal experimentar miedo, ansiedad o confusión. Expertos en salud mental ofrecen claves para cuidar el bienestar emocional y detectar señales de alerta.

Los desastres naturales como temblores o terremotos no solo provocan daños físicos y materiales. También dejan huellas invisibles en la salud mental de las personas. Tras el reciente temblor registrado en Perú, muchas personas reportan síntomas como insomnio, irritabilidad, angustia, fatiga e incluso una sensación de desconexión emocional. Estas reacciones son normales ante una situación traumática, según explica la psicóloga Susan Albers, especialista de Cleveland Clinic.

“El cuerpo entra en un estado de alerta para protegernos, pero si esta respuesta se prolonga, puede afectar nuestra salud emocional y física”, advierte. Dolor de estómago, palpitaciones, dificultad para concentrarse o cambios bruscos en el ánimo pueden aparecer incluso semanas después del evento.

Claves para cuidar tu salud mental tras un sismo

Los especialistas recomiendan retomar las rutinas diarias, como horarios de sueño o comidas, para recuperar la sensación de control. También es fundamental limitar la exposición a imágenes de destrucción, especialmente en redes sociales y medios de comunicación, ya que estas pueden intensificar la ansiedad.

Conversar con personas cercanas y expresar lo vivido puede ser de gran ayuda, aunque se debe respetar el ritmo y los límites personales. Ayudar a otros —participando en tareas comunitarias o apoyando a vecinos— también puede contribuir al bienestar emocional, al dar un sentido de propósito y conexión.

¿Qué hacer con los niños y adolescentes?

Con los más pequeños, lo ideal es hablar con honestidad y claridad, adaptando la información a su edad. Validar sus emociones, reforzar rutinas familiares y permitir que participen en actividades puede darles seguridad. “Incluso gestos simples como dibujar o preparar una mochila de emergencia pueden ayudar a que se sientan útiles y protegidos”, afirma Albers.

Cuándo pedir ayuda profesional

Si después de varios días se mantiene el insomnio, la falta de apetito, la dificultad para concentrarse o un aislamiento progresivo, es momento de buscar apoyo psicológico. “El trauma emocional a veces no se ve, pero se siente. No hay que esperar a una crisis para pedir ayuda”, concluye la especialista.