(Foto: INS / Minsa)
(Foto: INS / Minsa)

Durante la primera etapa de la pandemia del nuevo coronavirus en el Perú, el Gobierno del presidente Martín Vizcarra intentó contener la propagación de esta enfermedad con ambiciosas compras, traducidas en una transferencia de poco más de cien millones de soles para adquirir pruebas de diagnóstico en tiempo real.

Una de ellas fue la adquisición de 25 mil 728 kits de pruebas moleculares que, de acuerdo a un informe de la Contraloría General de la República, no fueron almacenadas de manera adecuada, lo que puede haber generado fallas en los exámenes de análisis.

El informe es contundente: “(Se) ocasionaría el riesgo en la recepción, almacenamiento y distribución de los kits para detección molecular de Sars Cov-2 (Covid-19), siendo que al ser productos termo-sensibles, su calidad, eficacia, seguridad y funcionabilidad puede verse afectada de manera adversa, al no haberse implementado y/o regulado condiciones que garanticen que estos productos se conserven dentro de los rangos de temperatura requeridos en todas las fases en las que se encuentren, desde su recepción hasta su uso en el diagnóstico del paciente con caso sospechoso del COVID-19″.

Como se sabe, de acuerdo a la comunidad científica, las pruebas moleculares o rt-PCR gozan de un mayor nivel de confianza para diagnosticar el COVID-19 en su etapa más temprana de infección.Los productos adquiridos provienen de las marcas Roche, Rochem Bideocare del Perú y Simed Perú correspondientes a cuatro procesos de entrega, desde el 8 de abril al 7 de junio.

ADVERTENCIA. El documento de orientación de oficio No. 027-2020-OCI/5991-SOO “Recepción de Kits para detección cualitativa molecular de SARS COV-2 (COVID-19) para PCR en tiempo real”, emitido por el órgano de control a inicios de mayo, advierte dos situaciones irregulares que pondrían en riesgo la calidad del diagnóstico de dichas pruebas moleculares.

En primer lugar, se da cuenta que el proceso de entrega de los test no habría pasado por el filtro del Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), la entidad encargada de vigilar el adecuado almacenamiento de los recursos solicitados por el Instituto Nacional de Salud (INS).

¿Qué pasó? Perú Compras- institución encargada de contratar los bienes y servicios para la obtención, transporte y procesamiento de muestras para el diagnóstico de COVID-19- entregó directamente los productos requeridos al INS, en sus almacenes ubicados en Chorrillos.

En el informe de la Contraloría se señala que este hecho vulnera el Decreto de Urgencia No. 028-2020, de 19 de marzo de 2020, que define la competencia del Cenares como el ente a cargo de recibir los bienes adquiridos de Perú Compras.

Sin embargo, cuando el órgano de control consultó por qué había sucedido dicha omisión, la dirección de Perú Compras respondió que “a solicitud del Instituto Nacional de Salud, la entrega se efectuó en sus almacenes”.

Esta respuesta fue trasladada en un oficio el 15 de abril del 2020, según consta en el informe de la Contraloría.

Cenares, al ser consultado sobre este tema, dijo en sendos oficios emitidos el 13 y 15 de abril que no había llegado ninguna solicitud de pruebas moleculares ni comunicación sobre la distribución de estos test.

La modificación del lugar de la entrega se acordó en una reunión el 3 de abril entre la jefa de la Oficina de Administración de la Central de Compras Públicas- Perú Compras, Ruth Meléndez Vargas, y Óscar Escalante y Nancy Rojas, como representantes del INS, indica el informe de la Contraloría.

“Tomando en consideración, que el Instituto Nacional de Salud requiere de forma urgente continuar realizando pruebas moleculares y en vista que las adquiridas (...) no serán distribuidas a nivel nacional, se considera más eficiente que su entrega se efectúe en el almacén del INS Chorrillos, dado el contexto de emergencia actual”, justificó el INS. Pero hay más.

CALIDAD. En la segunda parte del informe, la Contraloría da cuenta de la inspección al almacén del Instituto Nacional de Salud, el 27 y 28 de abril pasados, para verificar en qué condiciones se iban a resguardar las pruebas moleculares. Los resultados fueron desalentadores.

“No se cuenta con un procedimiento específico para los productos refrigerados, únicamente el Procedimiento para la recepción, almacenamiento y despacho de bienes del almacén de INS para bienes en general” mas no un manual, directiva o procedimiento específico para cada proceso que asegure el mantenimiento de la cadena de frío”, señala.

En esa línea, el citado informe remarca que la verificación de los rangos de temperatura de los kits a los almacenes en los almacenes del INS, se realiza “de manera visual y no se registra”.

“Por lo expuesto, es de indicar que no se cuenta con registro ni reporte de temperatura, así como de un responsable o encargado para dicha función”, dice la Contraloría.

Asimismo, para el procesamiento de las pruebas moleculares se necesitaban equipos que, como consta en el informe, no podían ser usados porque el INS no contaba con los ambientes adecuados para su funcionamiento.

Estos equipos provenían de las marcas Roche (1) y Simed (5), sin embargo el Instituto Nacional de Salud solo cuenta para el “procesamiento de las muestras con una  máquina en cesión en uso, lo que resulta insuficiente para el procesamiento de las muestras para el diagnóstico oportuno y la detección” temprana de la enfermedad, concluye la Contraloría.

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