Aner Nieto Ambrosio fue condenado por pertenecer a Sendero Luminoso y brindar apoyo operativo a los cabecillas subversivos ‘Artemio’ y ‘Rubén’ en Huánuco entre 2006 y 2009.
Aner Nieto Ambrosio fue condenado por pertenecer a Sendero Luminoso y brindar apoyo operativo a los cabecillas subversivos ‘Artemio’ y ‘Rubén’ en Huánuco entre 2006 y 2009.

El Poder Judicial dictó una sentencia de 15 años de prisión contra Aner Nieto Ambrosio, de 37 años, por el delito de afiliación o pertenencia a una organización terrorista, debido a sus vínculos con Sendero Luminoso y su colaboración con los cabecillas subversivos Florindo Flores Hala, alias ‘camarada Artemio’, y Víctor Vásquez, conocido como ‘camarada Rubén’.

Según las investigaciones de la Fiscalía Superior Penal Nacional Especializada en Delitos de Terrorismo y Conexos, Nieto Ambrosio habría brindado apoyo logístico e informativo a la organización terrorista entre los años 2006 y 2009 en el caserío de Río Frío, ubicado en el distrito de José Crespo y Castillo, provincia de Leoncio Prado, región Huánuco.

Durante el juicio oral, se probó que el acusado guardaba material propagandístico como volantes y banderolas, además de reportar actividades comunitarias a los mandos subversivos. Estas acciones fueron fundamentales para la coordinación de actividades ilícitas en la zona.

Además de la condena a prisión efectiva, el tribunal ordenó su inhabilitación por tres años para ejercer cualquier función pública, el pago de 180 días multa y una reparación civil de S/ 20,000 a favor del Estado peruano.

Cabe recordar que Aner Nieto Ambrosio fue capturado en diciembre de 2024 por efectivos de la Policía de Carreteras de Tingo María, quienes intervinieron en el kilómetro 507.500 de la carretera Longitudinal de la Selva Norte, sector Angashyacu, también en José Crespo y Castillo. En su contra existía una requisitoria vigente por terrorismo agravado, emitida por la Primera Sala Penal Nacional de Lima.

El Ministerio Público destacó esta nueva sentencia como parte de su labor para combatir y sancionar con firmeza los actos que amenazan la seguridad nacional y el orden democrático.