La autora Gissella Vega presenta cinco señales que podrían indicar una dinámica terapéutica poco ética o dañina, y llama a reflexionar sobre límites, consentimiento y manipulación emocional.
La autora Gissella Vega presenta cinco señales que podrían indicar una dinámica terapéutica poco ética o dañina, y llama a reflexionar sobre límites, consentimiento y manipulación emocional.

¿Qué ocurre cuando el espacio destinado al bienestar emocional se convierte en una fuente de confusión, miedo o dependencia? Esta pregunta guía El juego mental del terapeuta, el nuevo libro de la autora Gissella Vega, quien expone situaciones que podrían surgir en una relación terapéutica inapropiada y que, según indica, aún son poco visibilizadas.

La obra parte de su experiencia personal y busca ofrecer herramientas para que los pacientes evalúen si su proceso terapéutico realmente los está acompañando hacia la autonomía y la estabilidad emocional.

Cinco señales de alerta en una relación terapéutica

A través de ejemplos y reflexiones, Vega identifica cinco “red flags” que podrían indicar un vínculo poco ético o incluso manipulador dentro del consultorio.

  1. Cruce de límites personales o profesionales: Cuando el terapeuta comparte detalles íntimos sin justificación clínica, busca contacto fuera de sesiones o se involucra de forma inapropiada, puede existir una falta de límites, elemento clave para la seguridad del paciente.
  2. Inducción a dependencia emocional: Si el paciente siente que no puede avanzar sin el terapeuta o que necesita su aprobación constante, podría tratarse de una dinámica que refuerza dependencia, en lugar de promover autonomía.
  3. Minimización o invalidación emocional: Expresiones como “estás exagerando” o “no fue así” pueden constituir patrones de invalidación, que afectan la confianza y aumentan la vulnerabilidad del paciente.
  4. Uso indebido de la autoridad terapéutica: Cuando frases como “confía en mi método” justifican decisiones incómodas o conductas límites, podría existir un abuso de la posición de poder, lo que contradice la ética profesional.
  5. Generación de miedo, culpa o confusión constante: Si tras las sesiones prevalecen sensaciones de angustia sostenida, culpa o temor, es necesario revisar el vínculo terapéutico, ya que la terapia debe ser un espacio seguro.

Una invitación a reflexionar sobre ética y consentimiento

“Reconocer estas señales a tiempo puede evitar que la terapia se convierta en una herramienta de sometimiento emocional”, afirma Vega en su publicación. El libro busca cuestionar la figura idealizada del terapeuta y promover conversaciones sobre ética profesional, consentimiento y cuidado emocional dentro del proceso terapéutico.

La autora también ofrece un espacio de apoyo para quienes han vivido experiencias similares, con el objetivo de que puedan reconstruir su autonomía emocional y recuperar la confianza en sí mismos.

Datos clave

  • Libro presentado: El juego mental del terapeuta, de Gissella Vega.
  • Publicación aborda manipulación emocional y dinámicas inapropiadas en terapia.
  • Identifica cinco red flags: cruce de límites, dependencia, invalidación, uso indebido de autoridad y generación de miedo o culpa.
  • Enfoque centrado en ética, límites y consentimiento dentro de la relación paciente–terapeuta.
  • Basado en la experiencia personal de la autora.