Las lesiones o molestias en las rodillas son comunes entre personas activas, deportistas o quienes practican ejercicio con regularidad. El dolor suele estar asociado al sobreesfuerzo, mala técnica, calzado inadecuado o desgaste por edad. En muchos casos, los médicos recomiendan evitar actividades que generen presión en las rodillas, lo que puede generar temor a perder movilidad o hábitos saludables.
Sin embargo, existen formas seguras de continuar con la actividad física. “Modificar tu rutina y optar por ejercicios de bajo impacto puede ser la clave para continuar en movimiento, fortalecer otras áreas del cuerpo y favorecer la recuperación”, explica Sergio Pérez, jefe del departamento técnico de Smart Fit.
A continuación, detalla ejercicios recomendados y consejos clave para mantener una vida activa sin dañar las rodillas:
- Cardio de bajo impacto: La bicicleta estática y la elíptica permiten mejorar la resistencia sin impacto directo. Comenzar con sesiones de 10 minutos ayuda a activar el cuerpo sin exigir la articulación.
- Fuerza para tren superior y core: Trabajar brazos, espalda y abdomen mejora la postura y reduce la carga sobre las piernas. Ejercicios con mancuernas, máquinas de polea y planchas son buenas opciones.
- Bandas elásticas: Permiten controlar la resistencia y proteger las articulaciones. Movimientos como abducciones de cadera, “clam shells” y sentadillas isométricas ayudan a fortalecer los músculos que estabilizan la rodilla.
- Piernas sin impacto: Se pueden hacer puentes de glúteos, abducciones en máquina o ejercicios en prensa inclinada, siempre con movimientos controlados y supervisión profesional.
- Pilates y yoga con adaptaciones: Estas disciplinas favorecen la movilidad, el equilibrio y la respiración, fortaleciendo el core y aliviando la tensión en las rodillas.
- Alineación y estabilidad del pie: Una buena base en el apoyo del pie mejora el rendimiento y reduce molestias articulares.
Consejos prácticos para entrenar sin riesgos:
- Consulta con un médico o fisioterapeuta antes de iniciar nuevas rutinas.
- Detén el ejercicio si aparece dolor.
- Realiza calentamiento y estiramiento en cada sesión.
- Usa calzado adecuado y superficies seguras.
- Aumenta la intensidad progresivamente.
Además, con la Smart Fit App, los usuarios pueden acceder a rutinas personalizadas adaptadas a sus limitaciones físicas y objetivos de entrenamiento.
“La constancia es más importante que la intensidad. Adaptar no significa abandonar. Un plan bien diseñado permite seguir avanzando con seguridad”, concluye Sergio Pérez.