Sixtilo Rojas Gamboa se ha planteado la misión de contar -desde una narrativa propia y con un marcado estilo- la historia de algunos mágico seres que habitan el imaginario de una comunidad.
Sixtilo Rojas Gamboa se ha planteado la misión de contar -desde una narrativa propia y con un marcado estilo- la historia de algunos mágico seres que habitan el imaginario de una comunidad.

En los meses de verano es muy frecuente que las familias y los grupos de amigos viajen a los pueblos de nuestro país o pasen momentos solaces frente al mar; la imagen de las vacaciones que se suele idealizar nos ofrece una solariega y tranquila caleta que, por esas temporadas, se aglomera de visitantes. En medio de la alegría y el bullicio que caracteriza a estos encuentros, pasan casi por inadvertido míticos personajes que motivan, en muchos casos, la veneración de pescadores, cocineras, transportistas y ambulantes de la zona. En otros casos, estos misteriosos seres son capaces de despertar los más profundos temores. La literatura está poblada de imágenes misteriosas y relatos que buscan acentuar una costumbre o explicar el origen de algo. A través de los relatos contados por los abuelos o los tíos, por ejemplo, se busca entretener y explicar las costumbres de los pueblos; también se pretende advertir sobre los comportamientos que no debemos hacer. Desde mi perspectiva pienso que se ha planteado la misión de contar -desde una narrativa propia y con un marcado estilo- la historia de algunos mágico seres que habitan el imaginario de una comunidad.

VER MÁS: Violencia delincuencial en Ídolos del arenal de Juan Carlos Díaz

LOS CUENTOS

La noche mágica de Sixtilio Rojas es un libro compuesto por siete cuentos. Cada historia es independiente y el lector pueda leer los relatos en el orden que desee; no hay escenarios, personajes o conflictos que se repitan, lo cual desde mi perspectiva es un mérito. Ahora bien, lo que sí encontramos, desde el punto de vista técnico y temático, son dos aspectos que se vinculan. El primero es el estilo compuesto por un lenguaje coloquial y con pocas descripciones; además, del desarrollo de un conflicto que nos motiva a leer hasta que este se resuelva de manera inesperada a pocas líneas de terminar el cuento. El segundo aspecto se basa en el amplio mundo cultural y popular que compartimos nosotros como lectores. Un conocimiento que nos acerca a los personajes y nos permite apreciar sus lados más humanos; esto, de ninguna manera, significa que el conflicto esté develado; por el contrario, en todas las ocasiones de lectura, el narrador juega con nosotros al conducirnos a probables desenlaces para terminar con finales inesperados. El mundo popular al que nos hemos referido es aquel que está conformado por seres antropomorfizados, espíritus antiguos, mujeres enigmáticas y hombres comunes que enfrenta un destino funesto. El primer cuento, Gaviotín de pico de oro, nos ofrece una escena de enamoramiento pasional que termina en una imposibilidad llena de ternura.

PUEDE LEER: Desde el otro margen, de Pedro Briceño Rojas

FONDO DE LOS RELATOS

De igual manera, el segundo relato titulado Encanto de ruta nos desconcierta al revelar la verdad de un amor que nunca fue real. Algo similar le pasa a Liborio Sánchez en Ayudando a buen morir. La muerte puede ser el motivo perfecto para una buena historia, pero no en Loco Cochique; el nombre del protagonista y del cuento que demuestra la actitud corajuda del hombre y del mar. La chicha de don Andrés y El hombre de la ventana son cuentos donde los espíritus perturban las vidas de quienes se acercaron a sus moradas; la forma en la que interactúan los humanos y los espectros sí que son secretos de los abuelos. María en el Puerto es la última de las historias del libro; aquí el mar es testigo del amor, la muerte y la crudeza del trabajo de la pesca; aunque los hechos giran en torno a estos tópicos es el cuidado por el medio ambiente el verdadero mensaje.

LEER AQUÍ: Luis Alejandro García, entre marginales y olvidados

UN MUNDO POPULAR

Todos los cuentos son de una extensión relativamente corta, fáciles de leer y con varias enseñanzas. Asimismo, ninguno se escapa de impregnarnos de múltiples sentimientos como la sorpresa, la extrañeza, la compasión, la añoranza, el temor y la alegría. La literatura de Sixtilio Rojas nos deja la sensación de que en cualquier momento, al caminar por viejas caletas o regresar en el ómnibus, podremos encontrarnos con cualquiera de estos personajes tan familiares, tan humanos; tan mágicos. Es posible que algunos de los cuentos entre en conflicto con nuestra idiosincrasia; en estos casos, como con cualquier texto literario, habrá que entender que son productos culturales cuyo acercamiento exige nuestra participación crítica, entretenida o emotiva según sea el caso. Todo este mundo popular evoca un conocimiento que expresa el respeto por los antepasados, la convivencia armónica con la naturaleza, la añoranza del amor no concretado y es esfuerzo de las personas en el trabajo del día a día. En suma, La noche mágica es un grabado sabio de todas estas historias de los pueblos y caletas.