En nuestra columna anterior hablamos de ese primer encuentro con Caracas, de cómo la capital venezolana y su gastronomía empiezan nuevamente a pisar firme, pero más allá del proyecto Ubre, y lo sólido del restaurante Cordero, hay una nueva generación de cocineros que camina junto a ellos y que también pone en valor los productos locales desde una mirada actual.

Según la Cámara Nacional de Restaurantes, la ciudad abrió unos 200 locales gastronómicos el 2022. Se fortalece la puesta en valor del cacao y el desarrollo de la industria cafetera crece. Poco a poco la recuperación se manifiesta en el bolsillo de las personas, y como me comenta Juan Luis Martínez (Mérito), luego de tres años sin visitar su país natal, el ánimo de la gente es distinto, la felicidad y el orgullo por lo nuestro se vuelven a sentir¨.

Y sí que se siente desde que uno despierta y se encuentra con uno de los desayunos maravillosos de La Casa Bistró, que reflejan el recordar de varias mesas venezolanas, desde el Caribe hasta los Andes, donde es imposible no darse una panzada de hallacas (tamales), café, jugo de guayaba, arepas de maíz amarillo con queso, pescado y huevera frita, frijoles, chicharrón o pan de jamón, típico de esta época navideña. Otra muestra de la buena gastronomía de la ciudad es la propuesta de María Evans, quien desde Azu ofrece no sólo una perfecta y sabrosa pastelería francesa con productos venezolanos, sino que además explora el chocolate local y abre su espacio a otros chocolateros para mostrar sus creaciones, así como rones, mermeladas y artesanías locales.

Seguimos en el elegante hotel boutique Cayena, el recién abierto restaurante Sereno está a cargo de la chef Mónica Sahmkow, quien desarrolla una propuesta llena de sensibilidad donde sus memorias de infancia se nutren con las experiencias por Europa, ofreciendo platillos sabrosos y muy bien ejecutados como el carpaccio de remolacha, huevas de lisa, espuma de bonito o el robalo con salsa de ají sartenejas, merey, casabe y tapioca de limón acompañado de arroz con coco.

La historia de Iván García de El Bosque Bistró la seguimos desde hace varios años. Lo conocimos en el 2018 cuando participó en el Young Chef St. Pellegrino que se realizó en nuestro país. Es un joven talento que apostó siempre por su tierra y se sumergió en ella de principio a fin.

La recorrió de punta a punta, descubriendo comunidades, productos y alimentándose de técnicas, recetas e historias que no se aprenden en las escuelas. Hoy regenta un espacio con una cocina de insumos 100% nacionales: “Kilómetro Venezuela” como él llama a su menú y donde probamos platillos como trucha andina, ajoporros asado, puré de papa, salsa de leche ahumada y polvo de chucrut; o flor de auyama rellena de queso de búfala y trucha curada. Acompañan vinos venezolanos la propuesta fresca de este joven e inquieto chef al que no hay que perderle el rastro.

Cerramos el recorrido por ahora en Cacao de Origen, en la Hacienda La Trinidad, con María Fernanda di Giacobbe, cocinera, chocolatera, emprendedora y una de las grandes guardianas del cacao venezolano.

Perderse en una conversación con ella es adentrarse en el mundo chocolatero de tabletas y bombones, productores, viajes y postres de antaño donde el cacao es la estrella y se fusiona con dulces caseros de fruta local, donde comparte espacio con otras chocolateras y con productores, alumnos suyos de todo el país. Escucharla hablar es una delicia, un aprendizaje constante que uno no quisiera que acabe, como este viaje. Mientras tanto, el móvil se llena de mensajes curiosos preguntando qué hago en Venezuela, ese país que merece más oportunidades, y que estoy segura pronto todos volveremos a mirar.

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