Entrar a Frina es perderse entre la modernidad y el verde de las plantas que están presentes en cada esquina del local, ese verde que de alguna manera te lleva a la relación que Francesca Ferreyros ha entablado con los insumos de la selva peruana y que de forma natural ha sabido incorporar en su cocina. Ella llama a Frina su “mundo maravilloso”, y cuando ingresas por la puerta de espejos al local realmente da la sensación de entrar a un lugar especial.

Ferreyros regresó al Perú luego de viajar por el mundo y cocinar en reconocidos restaurantes como El Celler de Can Roca o el tailandés Gaggan donde se encargó del área de I+D. Abrió Baan en medio de la pandemia y mostró una cocina relajada inspirada en el street food del sudeste asiático, un espacio que encantó al público local y actualmente se está mudando a Miraflores. Ganó el premio a la mejor chef femenina en los pasados premios Summum 2023 y desde entonces esta imponente mujer de pelo rubio, ojos profundos y sonrisa iluminada, viene trabajando en su propuesta más personal.

Frina es la forma en que la llama su familia, y donde muestra en cada rincón lo aprendido en sus viajes, sus experiencias, raíces y todo lo que la despensa peruana le ofrece.

La nacionalidad no determina el lugar donde uno nace sino los sabores y olores que nos acompañan desde pequeños. Francesca ha ido aprendiendo, absorbiendo y haciendo suyos los sabores del mundo. La presencia de especias en su cocina es evidente, así como el perfecto manejo de la estética, cosa que muestra en cada platillo que llega a la mesa. Ha sabido encontrar muchos sabores de Asia en la selva peruana y los aplica de una forma notable y creativa, volviendo el hilo conductor de esta carta con la que nos recibe pero que sabemos irá cambiando constantemente.

Comenzamos con unas croquetas rellenas de queso paria y tapioca con chaat (una mezcla de especias indias), viene con un chutney de tamarindo y dátiles que consiguen bocados crocantes y melosos. El cha ca taco es una delicada pesca del día en tempura, servido con un curry amazónico y ensalada cha ca vietnamita para aportar frescor, de nuestros favoritos. Hay también un tartar de res que se sirve sobre unos crackers de cereales y semillas. Puntos de cocción adecuados, bocados ligeros y mucho sabor. Snacks desenfadados, pensados para tomar con las manos como antesala de los platos fuertes.

El tartar de pesca del día se combina con una fresca salsa de cítricos amazónicos y unas crujientes tortitas de plátano bellaco. El punto dulce y crocante del plátano, con el ácido del pescado dan como resultado un bocado atrevido que resulta.

Seguimos con un plato estéticamente hermoso, y ni qué decir del sabor. Láminas delgadas, casi transparentes de zanahoria, colocadas en forma de flores, acompañan una molleja crocante por fuera y cremosa por dentro, bañada en una delicada miel. Debajo, un suave puré de zanahorias con un toque especiado y tucupí (un fermento amazónico elaborado a base de yuca). Pruebe las beterragas, queso ahumado de cabra, macambo rostizado y salsa tonnato. Y no se pierda la chalaca thai, una especie de causa, con chicharrón de calamar, curry verde y chalaca de mango verde thai. Todo al centro y para compartir.

La carta incluye siete fondos, y probamos el massaman: asado de tira, ají amarillo y unas croquetas de choclo muy buenas dan como resultado un plato potente, de esos que uno quiere cucharear hasta el final. Una propuesta impecable desde el tartar hasta la panceta, pasando por el ragú marroquí. También los puntos de cocción son irreprochables.

Frina tiene una amplia y moderna barra, perfecta para disfrutar sus cócteles de autor. Y sus postres son golosos y generosos. El servicio, por su parte, es atento y servicial. Sin duda una de las grandes aperturas del año que deben visitar.

Frina

  • Av. Daniel Hernández 293 San Isidro
  • Ingreso y estacionamiento en Boulevard el Bosque
  • Horario d 12.30-3.30pm y de 7pm a 11pm
  • @frina.pe

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