Momento en la Amazonía
Momento en la Amazonía

Hace unos días tuve la suerte de participar en Momento, un congreso organizado por Mater Iniciativa, donde se busca entender la interacción de múltiples disciplinas y su impacto en la comida. Fue realmente una gran experiencia, que me ha ayudado a abrir un poco la mente y pensar en el impacto que podemos causar en el mundo al estar en esta industria. El congreso contó con la participación de casi 50 personas de diferentes perfiles. Fue muy interesante no solo compartir con ellas, sino conocerlas. A lo largo de cuatro días, escuché ponencias de cocineros, un neurocirujano, un lingüista, un fotógrafo y biólogos, además de disfrutar de la conexión con la selva peruana. El evento se realizó en Tambopata, un lugar increíble que creo que arma la base perfecta para esta actividad. El estar tan rodeado de naturaleza y desconectado de la vida diaria genera un espacio mucho más reflexivo, donde uno puede no solo pensar en la información que va recibiendo, sino también puede ir procesándola y pensando en ideas que puedan ayudar a generar un efecto positivo a través de lo que hacemos.

Tuvimos la oportunidad de ir al lago Sandoval, que está dentro de la Reserva Nacional de Tambopata, un lugar alucinante. Después de una caminata de casi una hora, atravesando tres kilómetros de lodo, llegamos a unos barquitos que nos llevaron a este imponente lago. Pudimos ver la vida silvestre en su máximo esplendor: había monos, nutrias, aves, tortugas y murciélagos. Sin embargo, ahí nos enteramos de que a pocos kilómetros de este paraíso se sitúan lugares que, según se conoce, tienen graves problemas de minería ilegal. Esta situación es complicada, y aunque ahora nos parece lejana, nos puede llegar a afectar de manera directa en los próximos años. ¿Cómo podemos hacer algo? ¿Qué podemos hacer? Primero que nada, estar al tanto de estos problemas. Solo saber qué está pasando nos puede ayudar. De repente uno no va a tener la solución, pero otra persona puede que sí, o un esfuerzo conjunto puede colaborar en algo.

Velar por el planeta

Como cocineros, tenemos un compromiso con la naturaleza. Debemos conocerla, respetarla y saber cómo sacarle provecho de una buena manera. Podemos ser un ejemplo para otras personas, y eso nos hace responsables. Hay cosas que solo con enseñarlas pueden contagiar a otros. Desde los insumos que usamos hasta los hábitos alimenticios, siempre hay que pensar en generar un impacto ambiental positivo en lo que hacemos.

Algo que me quedó grabado es que la proyección para la población mundial es de 9.7 billones de personas para el 2050… ¡Solo faltan 32 años para eso! Son casi 2.5 billones de personas más en el mundo. ¿Estamos preparados? ¿Tenemos alimento suficiente? ¿Quedarán pulmones naturales del planeta como la selva vivos para ese momento? Las respuestas creo que son no, no y no. Así que ahora toca seguir pensando cómo podemos generar impactos positivos en el medio ambiente. Aunque sean cosas pequeñas, todo suma.

Como cocineros, tenemos un compromiso con la naturaleza. Debemos conocerla, respetarla y saber cómo sacarle provecho de una buena manera.

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