En los últimos años ha cobrado relevancia el seguimiento a la ejecución de la inversión pública, para así mejorar la calidad de los servicios públicos. Solo en 2022, los gobiernos subnacionales a nivel nacional dejaron de invertir S/ 16,543 millones, según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas. En Piura, el gobierno regional y sus municipalidades dejaron de invertir S/ 1,382 millones, que equivalen a un 37% de la brecha de infraestructura en salud, o a 309 km de carretera asfaltada. En lo que respecta a las municipalidades piuranas, estas contaron con un presupuesto para inversión pública de S/ 2,347 millones, de los cuales solo ejecutaron el 61.4%; es decir, S/ 905 millones se dejaron de invertir oportunamente. Entre las municipalidades que menos ejecutaron, de acuerdo con sus presupuestos para inversión pública, figuran la Municipalidad Provincial de Sechura, con un 33%; la Distrital de Veintiséis de Octubre, con un 46%; la Provincial de Paita, con un 50.4%; la Provincial de Talara-Pariñas, con un 50.7%; y la Distrital de Castilla, con un 52.4%.

Los funcionarios públicos encargados de administrar los recursos de todos deben tomar conciencia de que cuando no se ejecuta correcta ni oportunamente, alimentamos el descontento de la población. Un descontento que, como hemos visto en los últimos meses, viene siendo utilizado por personas con ideologías fracasadas, para imponer una nueva Constitución que le abra las puertas a, por ejemplo, volver al Estado Empresario y desincentivar la inversión en nuestro país, con la afectación que ello implica en los recursos públicos. Esa película ya la vivimos y no debemos volver a repetirla.

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