Todavía no cumple dos años al frente de la Iglesia y Su Santidad Francisco está impregnando a su pontificado de un verdadero carácter evangelizador y de fecunda actitud hacia el ecumenismo. Es verdad que Juan Pablo II fue uno de los papas que más hizo visible el ecumenismo y que Francisco lo viene practicando sin desmayo. En el pasado se creía que solo los católicos alcanzarían la salvación divina. Una visión sesgada y poco solidaria para con los demás credos que existen en el mundo. El Papa polaco llegó a reunir en el Vaticano a todos los jefes de las diversas comunidades religiosas que existen en el mundo. Eso fue extraordinario. La Iglesia a partir de ese maravilloso encuentro sinceró el camino de la salvación. Quizás el papa Bergoglio es el jefe de la Iglesia en años que materializa fervientemente dicha visión innovada. Hoy es un descalabro pensar que solamente los católicos alcanzarán la gloria de Dios. Francisco lo ha recordado al ingresar con sumo respeto en un templo budista en Sri Lanka, a propósito del viaje que acaba de realizar hasta la isla sureña vecina de India, para la canonización del beato José Vaz como primer santo cingalés, y donde fue recibido en un clima de completo respeto y tolerancia. El discurso del Papa argentino ha sido valiente y decidido. Condena lo que está mal y aplaude aquello que se hace bien. En medio del terror mundial, ya ha sido amenazado pero eso realmente no le importa, llegando a condenar el yihadismo sin aspavientos. No se inmuta con nada y eso lo acabamos de ver en Sri Lanka, un país con más de 20 millones de habitantes, donde los católicos llegan al 7% de la población. Desde allí ha llamado fervientemente a defender la libertad humana.