Con el transcurso de las horas se van conociendo más detalles sobre la muy cuestionable vacunación del expresidente Martín Vizcarra y su esposa, con la entonces candidata a vacuna que Sinopharm probaba en el Perú.

En la conferencia de prensa que el ahora candidato al Congreso brindó para explicar esta situación, dijo que recibió la vacuna como voluntario, pero no mostró ni una sola prueba de su participación en los ensayos clínicos, documentación que los 12 mil participantes de ese estudio sí tienen.

El Vizcarra presidente no se parece al Vizcarra candidato. Sus llamados a no automedicarse fueron cambiados por una defensa incomprensible del uso de un medicamento dañino como la ivermectina son la prueba de ello.

Lo cierto es que el Vizcarra presidente y el Vizcarra candidato ya estaban vacunados mientras miles de peruanos morían por falta de camas UCI, oxígeno y vacunas. Para quienes aún creían en la idoneidad del vacado mandatario, esto debe ser un golpe muy duro.

El comandante del barco en zozobra ha sido el primero en ponerse a salvo, y eso en política no se puede permitir. Vizcarra ha tratado de vender la idea de que se expuso con “valentía” para probar la vacuna. Habría que preguntar a los peruanos si aún le creen.