Ecuador es el quinto productor de atún a nivel mundial y el número uno entre los países del Océano Pacífico Oriental; siendo que casi el 25% de sus capturas las realiza en aguas peruanas, aunque este dato nos resulte sorprendente.

Así, mientras que nuestro vecino país del norte captura más de 220 mil TM de atún por año, nuestro país solo captura alrededor de 10 mil TM. Sin embargo, esta situación podría cambiar rápidamente si nos enfocamos en promover políticas públicas que impulsen esta industria en beneficio de todos los peruanos.

En este contexto, es fundamental abordar el costo del combustible, que en nuestro país es casi tres veces mayor al que tiene Ecuador, lo cual hace imposible pescar este recurso cuando se aleja de la costa, un hecho que ocurre nueve meses al año. Por ello, para que la industria atunera peruana despegue y genere capturas de alrededor de 100 mil TM por año, es necesario establecer un sistema de reintegro tributario del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) al combustible.

De esta manera, en cinco años, el Perú se convertiría en una potencia atunera y podría cubrir el 70% de la demanda local -que hoy depende de Tailandia y Ecuador-, cuadruplicando los puestos de trabajo que beneficiarían a más de 70 mil personas, en especial mujeres de la región norte de nuestro país. Así, el Perú produciría localmente más de 3.5 millones de cajas de conservas de atún y hasta podría cuadruplicar sus exportaciones, generando más de US$ 200 millones en divisas. Además, los ingresos generados por esta industria permitirían triplicar la recaudación tributaria a través de una serie de impuestos como IGV, ISC, IR.

En suma, tenemos la gran oportunidad de convertir a la industria atunera peruana en una potencia. La pregunta es: ¿Pa cuándo?

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