Fernando Rospigliosi, analista político, sociólogo, ex ministro del Interior, examina alcances y naturaleza de las marchas que se anuncian (Foto: Andina)
Fernando Rospigliosi, analista político, sociólogo, ex ministro del Interior, examina alcances y naturaleza de las marchas que se anuncian (Foto: Andina)

Sociólogo, periodista, ex ministro del Interior, Fernando Rospigliosi destaca que las figuras de la izquierda como Vladimir Cerrón, Verónika Mendoza, Mirtha Vázquez, Aníbal Torres no tienen liderazgo sobre las protestas que se anuncian; pero se suben a ellas para la foto.


¿Ve semejanza alguna entre el paro del 19 de julio de 1977 y las protestas que se anuncian en Lima?

No, en absoluto. Es completamente distinto. En 1977 había una situación muy crítica (...) Fue un paro, una paralización básicamente en Lima con enfrentamientos muy violentos (...) eso aceleró el cambio de Gobierno, es decir, la convocatoria a una asamblea constituyente y elecciones generales. En ese momento había una opción, una alternativa. La gente ya no quería un gobierno militar. La alternativa era retornar a la democracia y un gobierno civil elegido. Las marchas que se anuncian para este 19 de Julio no presentan opciones. Lo que quieren es tumbar el Gobierno de Boluarte y cerrar el Congreso pero no hay ningún líder, ningún partido, nadie, que sea una opción seria, que suscite alternativas en la población. Porque aquellos que convocan a esta asonada en Lima están tan desacreditados como el Gobierno y como el Congreso. No tienen ninguna popularidad. Entonces, es absurda su propuesta, aparte de ser ilegal.


¿La inviable agenda de diciembre es la misma?

Es la misma que han planteado los secuaces de Pedro Castillo en diciembre y que ahora está recogiendo el Movadef, básicamente, es decir, Sendero Luminoso de Abimael Guzmán, y todo el resto de los grupos que se han asociado a esta protesta: la salida de Dina Bolaurte, el cierre del Congreso, la convocatoria de elecciones adelantadas; algunos que piden la libertad del delincuente Pedro Castillo. No tienen arraigo en la población por que no son reivindicaciones que se puedan obtener, como un aumento de salarios. No es algo tangible.


El Gobierno minimiza la asonada pero está tomando medidas como si temiera algo grande, ¿cuál es su percepción?

Hay dos aspectos aquí. Ellos son una minoría insignificante en una ciudad de 10 millones de habitantes. Es decir, es ínfimo comparado con lo que lo ocurrió la vez anterior, según el cálculo que ha hecho el Ministerio del Interior. Pero el problema no es la cantidad de gente que podrían movilizar sino la violencia que pueden desatar. Por eso creo que el Gobierno ha tomado las medidas que ha anunciado. Entonces, como son pocos, y saben que si hacen una manifestación pacífica nadie los va a notar, tienen que ejecutar actos violentos. (...) En busca de muertos y heridos, sin duda. El objetivo de ellos es muertos y heridos para tratar de provocar una crisis política y acusar a las FF.AA. y la Policía de ser criminales y asesinas y acusar de ello a Boluarte.


Cerrón, Verónika Mendoza, Aníbal Torres, Mirtha Vásquez mueven masas?

No, no, no. Se han subido a esto pero no lideran. No hay un liderazgo claro. Al contrario, todos se pelean entre ellos porque todos quieren parecer como los cabecillas de los eventos que ocurran(...) lo que quieren es tener presencia para participar en una siguiente elección al Congreso, una gobernación, una alcaldía, lo que sea. Y otros, como los del Movadef, lo que quieren es provocar disturbios y la mayor cantidad de muertos posible.


¿Advierte una amenaza policial-militar contra la ciudadanía como afirma la izquierda?

No. Hasta donde yo he visto el Gobierno lo que ha dicho es que va a aplicar la ley donde corresponda. Lo que yo diría es que el problema no es que Gobierno vaya a hacer un uso excesivo de la fuerza sino que, al contrario, sea muy débil, ¿no? Me preocupa que vaya a enviar a la Policía desarmada y dejar que la ataquen con artefactos pirotécnicos, piedras y armas hechizas o con lo que sea. Lo que invocaría es que actúe con la energía suficiente frente a los actos violentos. A las marchas pacíficas nadie le tiene temor. En este caso son insignificantes. El asunto es la violencia.